De acuerdo con estimaciones previas del Ministerio de Economía, en mayo pasado el nivel de importaciones habría llegado a US$7.000 millones, lo que constituye un verdadero récord en lo que va del año.

Según información del INDEC en los primeros cuatro meses del año las compras al exterior sumaron US$23.259 millones, a razón de US$5.800 por mes. Es evidente que no todo lo que el Gobierno autoriza a importar se paga al momento: las empresas están obligadas a negociar crédito comercial con sus proveedores.

En abril, el INDEC reportó compras externas por unos US$6.017 millones (incluidos el costo de seguros y fletes), pero el Banco Central de la República Argentina (BCRA) pagos por US$5.397 millones, un 10% por debajo del mismo mes del año previo. 

“Este valor se ubicó por debajo de las importaciones de bienes FOB de abril, las cuales resultaron en US$5.711 millones, lo que podría indicar un aumento en el stock de endeudamiento comercial o una disminución de los activos externos por anticipos efectuados previamente”, precisa el BCRA.

Del total de los pagos de importaciones de bienes observados en abril, un 87% se realizó de forma diferida, un 9% en forma anticipada y solo el 5% restante como pagos a la vista.

Los datos del Intercambio Comercial Argentina (ICA) que informa el organismo estadístico se conocerán el próximo miércoles 21 de junio.

Si bien los industriales se mantienen en contacto permanente con el secretario de Comercio, Matías Tombolini, quien tiene a cargo el manejo del Sistema de Importaciones de la República Argentina (SIRA), la realidad es que están preocupados por el acceso a bienes importados que luego forman parte del proceso productivo.

Daniel Funes de Rioja, el titular del Comité Ejecutivo de la Unión Industrial Argentina (UIA), señaló que las empresas tienen una “obsesión por no perder mercados” externos ya que, según dijo, “una vez que se pierden no se recuperan más”.

El titular de la central fabril mencionó la ultima encuesta de la UIA realizada entre 500 empresas en las cuales el 33% dijo haber registrado caída de exportaciones. “Solo el 12% tuvieron subas”, explicó. El principal directivo de la entidad dijo que, si Argentina no puede asegurar en tiempo los canales de abastecimientos de insumos, “se vuelve poco confiable”.

La contraparte económica del incremento de las importaciones, es que el Banco Central se quedó sin reservas internacionales. Se estima que las reservas netas ya serían negativas en más de US$1.000 millones.

El economista Emmanuel Álvarez Agis, director de la consultora PxQ, estima que para la primera parte del 2023 el Gobierno tendría que estar pagando importaciones por unos US$4.000 millones promedio, pero, en realidad, lo está haciendo a razón de US$6.000 millones.

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En tanto, planteó en una reciente charla con inversores organizada por la sociedad de bolsa MegaQm que la economía entró en una dinámica de stop and go por período de tres meses, luego de la salida de la pandemia. Además, consideró que la recuperación económica tras la crisis sanitaria “se apalancó con reservas”. 

“Nos comimos US$7.000 millones”, señaló en referencia a 2022, hasta el momento de la salida de Martín Guzmán del Ministerio de Economía.

“Con las SIRA se instrumentó un stop de 180 días hasta recuperar reservas, pero con caída de la actividad. En el primer trimestre del año se expande la economía pero nos costó US$3.600 millones de las reservas”, detalló Álvarez Agis quien vaticinó que, luego de acumular nuevamente reservas, el Gobierno tratará de expandir nuevamente la actividad.