El último ministro de Hacienda de Mauricio Macri, Hernán Lacunza, brindó una charla en una conferencia del Grupo Cohen, especialista en asesoramiento financiero, destinada a inversores.

Puntualizó que el programa económico del gobierno está integrado por “una combinación de anclas y velas”.

El ex funcionario señala al tipo de cambio y a las tarifas como los elementos estancados, mientras que las paritarias, los subsidios y los bonos para la clase pasiva, componen los aspectos con vuelo propio.

“Es una combinación de incremento de gastos y pisar el componente de precios de la canasta básica, que puede tener un éxito fugaz. Si bien el salario real viene bajando hace tres años y este trimestre puede revertirse esa tendencia, se tratará de un efecto transitorio", explicó Lacunza.

Al ensayar un análisis comparativo de la situación actual con la atravesada en el final del mandato de Macri aseguró que “la autoherencia de 2021 va a ser peor que la presunta herencia recibida en 2019”.

El director de Empiria Consultores entiende que “el nivel de bienestar es menor, a pesar del rebote de este año”, por lo que “la economía va a tener un rebote amarrete. Eso no pasa en el mundo ni en la región. Nosotros caímos más que la región y rebotamos menos".

Con relación a la gestión del gobierno para propiciar el rebote sostenido, indicó que sus esfuerzos se centraron en haber “desplegado una batería de instrumentos de política económica tendientes a mejorar transitoriamente, diría que hasta fugazmente, la sensación de bienestar".

Lacunza observa con preocupación el rol que ocupa en la política económica oficial la brecha en el tipo de cambio y el poder de acción del Banco Central a través de las reservas para evitar posibles devaluaciones.

"Entre la cosecha y los derechos especiales de giro del FMI, le llovieron a la Argentina US$ 12.000 millones y eso hizo que se ganara un año de respirador artificial con esos dólares que llegaron del exterior. A fin de este año habrá que revisar dónde estamos y qué medidas se toman", afirmó el ex ministro al explicar la situación cambiaria.

Con respecto a las reservas aseguró que su nivel es bajo. “En perspectiva, US$ 6.000 millones de Reservas netas equivale a 1,5% del PBI, cuando un país como Argentina debería tener reservas por 15% del Producto”.

En ese sentido apuntó contra el sostenimiento del cepo, establecido en su gestión al frente de la cartera económica, al ser incompatible para la generación de divisas.

"El cepo es una anormalidad. Ningún país puede desarrollarse con un cepo que dure más de cuatro años. Es un torniquete para una hemorragia transitoria. Hoy lo toleramos porque hace menos de un año, la brecha era de 130%, pero la verdad es que es un disparate. En la medida en que siga esta brecha no va a aparecer la oferta de dólares genuina en el mercado legal", sentenció.

Finalmente en su proyección para lo que viene, el economista anticipó que: “La pobreza va a ser mayor, arriba de 40%, la inflación será inercial de 50%, pero con las presiones de tarifas y dólar”.