El ex director del Fondo Monetario Internacional (FMI), Alejandro Werner, consideró que la revisión del acuerdo vigente con la Argentina será “importante”, pero advirtió que será a cambio de exigentes condiciones.

Asimismo, relativizó la posibilidad de que habilite fondos frescos, dado que el organismo se enfrentará a la disyuntiva de decidir si dar pleno apoyo al actual gobierno o aguarda el resultado de las elecciones.

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Werner formuló declaraciones durante una entrevista en el programa “Esta Mañana” de Marcelo Longobardi que se emite por Radio Rivadavia.

“El Fondo no va a querer que Argentina intervenga (en los mercados de cambios). Muy probablemente quiere que Argentina devalúe el dólar oficial, en ausencia un endurecimiento de políticas como el aceleramiento del retiro de los subsidios eléctricos y algún otro ajuste fiscal importante. Lo que el Fondo diría es: ‘oye el faltante de recursos se tiene que dividir con tal vez mayor entrega de recursos, pero también con mayor ajuste’”, añadió.

El ex funcionario del FMI aclaró que “el parche que le permitiría a Argentina llegar a diciembre al cambio de gobierno y ahí ver la implementación de un programa económico serio de estabilidad, etcétera, que básicamente requeriría un monto de reservas muy muy grande, no va a ocurrir”.

Werner afirmó que “después de no haber implementado un programa muy malo que el Fondo dio porque el alternativo hubiese sido peor, es muy difícil pensar que hoy el FMI soltaría recursos adicionales para financiar el faltante de reservas para que la economía argentina pueda llegar sin un programa macroeconómico sensato, duro y ambicioso a diciembre”.

En un duro diagnóstico sostuvo que “por desgracia es muy difícil pensar que un gobierno que no ha asumido la responsabilidad de tratar de corregir los desequilibrios macroeconómicos y los problemas estructurales microeconómicos de Argentina en tres años y medio lo haga al final cuando ya tiene un capital político destrozado”.

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En esa línea enfatizó que el gobierno “demostró que no tiene ideas y no tiene capacidad de ejecución y siempre presenta una división interna que lo lleva a resolver problemas políticos de la semana que viene por encima de los problemas de la economía y la sociedad argentina de largo plazo”.

Werner planteó que “en un programa normal” el FMI podría aceptar enviar recursos a cambio de una serie de políticas de ajuste pero aclaró que “en un programa muy malo y que el gobierno no ha implementado y que además se enfrenta a una elección en solo unos meses, probablemente el Fondo está pensando: ‘Si tengo una cantidad de recursos para dar la Argentina, los invierto hoy con un gobierno que está de salida o los invierto con un gobierno que viene llegando con un programa probablemente mucho más sensato’. Creo que la respuesta es obvia”.

Consultado sobre la posibilidad de que el FMI pueda verse influenciado por presuntos pedidos de ex funcionarios para que se corte el financiamiento al país, Werner la relativizó: “Yo no sé si los funcionarios del fondo hayan hablado o no con estos ex funcionarios argentinos, pero el Fondo escucha a todo mundo y luego toma sus decisiones”.

“Yo no creo que el Fondo sea permeable a una negociación en la que un partido político venga y le solicite que no tome cierta acción y que esto lo tome en cuenta en sus decisiones”, añadió.

A su vez, indicó que “el principal factor de dudas y de desesperación en el Fondo es un gobierno que realmente no ha asumido la responsabilidad de llevar a cabo un programa coherente y que claramente al final del gobierno no lo va a hacer”.

Sobre la importancia que tiene el caso argentino dentro del contexto internacional señaló que si bien no es prioridad número uno para el gobierno de los Estados Unidos, sí lo es para el FMI dado la magnitud del programa en curso.