Ante el riesgo de que muchos pacientes quedaran sin atención médica en medio de la pandemia, el Gobierno debió salir a frenar hoy un conflicto de proporciones en el sistema sanitario, que alineó los reclamos gremiales con los realizados por clínicas, sanatorios y hospitales privados.

Al paro de cuatro horas por turno anunciado para jueves y viernes por el sindicato de la Sanidad, se sumó durante la mañana la decisión de los prestadores privados de suspender en ambas jornadas la atención de todos los turnos programados y cualquier consulta que no fuese urgente.

La acumulación de esas medidas de protesta amenazaba con provocar un colapso en el sistema de atención sanitaria, mientras los muertos por Covid-19 llegaron a 638 en las últimas 24 horas, y los contagios fueron 22.673.

Tras varias consultas en el Gabinete nacional, el Ministerio de Trabajo dictó la conciliación obligatoria por 15 días, y tanto el sindicato de la Sanidad como los prestadores dieron marcha atrás con las medidas.

La cartera que dirige Claudio Moroni dispuso "dar por iniciado un período de conciliación obligatoria por el término de 15 días", y convocó a las partes a una audiencia para el miércoles de la semana próxima en la sede del Ministerio de la Avenida Leandro Alem al 600, a fin de acercar posiciones en medio del conflicto.

En ese marco, intimó al gremio a "dejar sin efecto toda medida de acción directa que estuviesen implementando y/o tuvieran previsto implementar, prestando servicios de manera normal y habitual".

También exhortó "a las partes en conflicto a mantener la mejor predisposición y apertura para negociar los temas sobre los cuales mantienen diferencias y contribuir, de esa manera, a la paz social y a mejorar el marco de las relaciones laborales en el seno de las empresas involucradas".

El gremio que lideran Carlos West Ocampo y Héctor Daer había puesto en marcha el lunes una semana con asambleas en centros de salud de todo el país, que a partir de este jueves iba a incluir paros de cuatro horas por turno, en reclamo de un aumento salarial de entre 43% y 45%.

Luego del fracaso de la reunión por la paritaria de la semana pasada, el sindicato de enfermeras y camilleros decidió llevar adelante una semana de protestas en medio de la segunda ola de Covid-19 que atraviesa el país.

En ese marco, en los últimos días se cumplieron las asambleas programadas por los cuerpos de delegados en clínicas, sanatorios, hospitales de comunidad, servicios de emergencia, centros de diagnóstico, laboratorios de análisis clínicos, institutos geriátricos y psiquiátricos, detalló la organización.

Por su parte, las grandes empresas de salud, clínicas, laboratorios y prepagas, aseguran que no pueden pagar incrementos salariales como los que pide el sindicato si no les permiten aumentar sus cuotas y aranceles.

El sindicato pide entre un 43 y 45% de incremento salarial, en línea con lo que acaban de firmar Camioneros y Bancarios, entre otros gremios.

Justo antes del inicio de las jornadas de protesta de Sanidad, Daer sufrió un preinfarto y debió ser intervenido el lunes en la Clínica Favaloro, donde le colocaron dos stents, y este martes le dieron el alta médica.


El sector privado deja sin efecto las medidas



Por la tarde, las clínicas, sanatorios y hospitales privados dejaron sin efecto la decisión de atender sólo urgencias entre jueves y viernes, luego de que Trabajo dictó una conciliación obligatoria.

Los centros de salud reclaman una actualización de los aranceles que les pagan las obras sociales, prepagas y el PAMI, en medio de los mayores costos generados por la pandemia de Covid-19.

Como protesta, habían anunciado que sólo atenderían casos de urgencia, de lo cual por ahora desistieron.

La Federación Argentina de Prestadores de Salud (FAPS) informó en un comunicado que queda sin efecto la suspensión de los turnos programados. .

Había anunciado esa decisión apenas unas horas antes, durante la Convocatoria Nacional de Prestadores de Salud que se realizó de manera virtual y en la que participaron más de 700 instituciones en todo el país.