El Gobierno cuenta con “algún margen” para continuar con la apreciación cambiaria iniciada en febrero por lo menos hasta las elecciones legislativas, aunque persiste la incertidumbre sobre qué podrá pasar con la cotización del dólar en 2022, sobre todo por los malos resultados en las medidas para reducir la inflación.

“Desde febrero de este año el Banco Central viene reduciendo la tasa de devaluación del tipo de cambio oficial, a niveles muy inferiores a los de la tasa de inflación”, sostuvo al respecto la consultora Quantum, en un informe en el que advirtió que “la persistencia de esta estrategia puede generar con el tiempo mayores expectativas de corrección futura”, si se tiene en cuenta que los períodos de apreciación son seguidos por otros de depreciación de la moneda.

Esa estrategia de utilizar al dólar como “ancla” de los precios se hizo más que evidente en mayo, mes en el que la corrección del tipo de cambio oficial es hasta el momento del 1,1%, notoriamente inferior a la inflación proyectada en torno del 3,5% al 4%.

De cara a las probables inversiones, Quantum se pregunta “hasta dónde” las expectativas de apreciación “están incorporadas en el valor de los futuros y, en función de ello, sí es conveniente comprar cobertura cambiaria para los próximos meses”.

Asimismo, la entidad dirigida por el ex secretario de Finanzas, Daniel Marx, interpretó que la estrategia de utilizar el tipo de cambio para incidir en la inflación “es cuestionable en un contexto de restricciones cambiarias y de caída en la demanda de dinero”.

En el corto plazo, hay margen para que el peso se siga apreciando, asegura informe privado

De todos modos, consideró que en el corto plazo “pareciera que hay algún margen para implementar una estrategia de apreciación real contra el dólar y para el tipo de cambio multilateral”, es decir el resto de las monedas de los principales socios comerciales, básicamente el real, el yuan y el euro.

En ese aspecto, identificó tres fenómenos que le permitirían al Banco Central y al Ministerio de Economía continuar con la apreciación cambiaria por lo menos por los próximos seis meses.

En primer término, “se parte de un tipo de cambio real oficial que está por encima -el peso depreciado- del promedio de largo plazo”, en referencia a la importante devaluación acumulada entre abril de 2018 y octubre de 2020.

En segundo lugar, “el dólar se debilitó en el mundo” y al respecto el índice DXY de la moneda estadounidense “indica depreciación de 3% desde fines de marzo y contra el real brasileño 10% en el mismo período”.

Por último, los precios de las commodities de exportación “testean récords históricos”, con la tonelada de soja a US$ 616, 30 el 12 de mayo, si bien en las últimas operaciones del Mercado de Chicago se ubicó levemente debajo de los 600 dólares.

Quantum agregó “otras condiciones internacionales” que podrían sumarse a las señaladas, “como pueden ser los efectos de políticas de estímulo fiscal y monetario que, en parte ya se reflejan en los precios de commodities”, así como “el debilitamiento relativo del dólar, pero con rezago también inciden sobre las condiciones de acceso a financiamiento y velocidad de recuperación de los niveles de actividad”.

En el escenario local también debe tenerse en cuenta que “entre enero y abril el Banco Central desplegó una política monetaria contractiva, que lo llevó a reducir la base monetaria en  $100 mil millones”.

Además, “la contribución del Tesoro fue importante para lograr el objetivo, dado que prácticamente no requirió asistencia del BCRA en ese período”, destacó.

“Este contexto de mayor control monetario -que sigue caracterizándose por una contracción en la demanda de dinero- y de mayor oferta neta de divisas, fueron determinantes para la estabilidad cambiaria del período”, remarcó la consultora, aunque subrayó que la brecha entre las cotizaciones del dólar “se mantiene elevada, en niveles de 60%”.