Una familia argentina de ingresos medios altos necesitará este año destinar 214 días íntegros de los recursos obtenidos para el pago de impuestos, lo que representa 3 de cada 5 días del año y que no se refleja en la calidad de los servicios otorgados por el Estado.

El cálculo fue dado a conocer por la Fundación Libertad y Progreso en base a un informe del Instituto Argentino de Análisis Fiscal (IARAF) y representa 3 días más de ingresos que en 2019 y un 16,3% de incremento en los últimos nueve años.

“Es decir, el 3 de agosto fue el día en el que la mayoría de los trabajadores dejaron de solventar al Estado y comenzaron a trabajar para sustentarse”, aseguró la entidad, que destacó que “en 2011 los trabajadores de Argentina trabajamos 184 días para el Estado” y desde entonces la cantidad de días se incrementó hasta llegar a los 223 en 2015.

Los 214 días necesarios para pagar impuestos del año en curso supera en 8 días al promedio de 206 de la última década, añadió.

“A pesar de estar cobrando una mayor cantidad de impuestos, los resultados económicos no son los esperados”, remarcó Libertad y Progreso, que a su vez lamentó que “los años pasan y Argentina continúa entrampada fiscalmente debido a un elevado gasto público que nunca se reduce”.

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En 2020 habrá que trabajar 214 días sólo para pagar impuestos

La entidad conducida por Agustín Etchebarne señaló que “en el mundo hay países con menor carga impositiva que logran buenos resultados con respecto a los servicios que brindan”, citando al respecto a Rumania con 114 días, casi la mitad de los que se requieren en la Argentina, Bulgaria (121 días) y Gran Bretaña (148 días).

Asimismo, relativizó la idea que se tiene de “los países nórdicos como Noruega y Suecia”, de los que se dice que “ostentan gran número de impuestos”, aunque “lo cierto es que trabajan 164 y 192 días para el Estado respectivamente y cuentan con muchas mayores libertades económicas que Argentina”.

Como solución al problema que representa el pago de impuestos al que debe hacer frente la población, Libertad y Progreso puntualizó que el país “deberá alivianar esta pesada carga a sus trabajadores y resolver problemas económicos estructurales, especialmente luego de 60 años de déficit fiscal”, por lo que reclamó que los gobernantes en general “deben optar por el bienestar de las familias más que por la administración de su pobreza”.