Una confusión estadística creciente en la discusión salarial, instalada desde hace años pero que aumentó en los últimos meses, no sólo afecta los seguimientos de la evolución de las remuneraciones de los trabajadores, sino que puede alterar el resultado de la fórmula de actualización de alquileres, prepagas, obras sociales e indemnizaciones de ART.

En marzo sucedió al revés: se registró una variación del 14% para los trabajadores estables, en comparación con una inflación del 11% en el mismo período.

Aunque podría indicar una ligera mejora en el poder adquisitivo de estos salarios en ese mes, al retrotraer la comparación continúa una caída aún marcada en los ingresos.

Hay contratos de locación que aplican un indexador que publica el Banco Central, según el cual se toma por mitades el Índice de Precios al Consumidor y el RIPTE, de lo cual surge un coeficiente al que se le suma 100, se lo multiplica por el último índice y se le restan los 100. Hoy daría 6.70. Los vaivenes en más y en menos afectarían según los períodos que se quieran analizar. 

El cuestionamiento técnico al salario real que refleja RIPTE formulado por Schteingart sería como decir que este índice se encuentra subvaluado porque se basa en un valor topeado, que se deflacta por inflación. Y, por añadidura, los ajustes en cuya composición interviene también lo estarían.

La diferencia de marzo, en todo caso, le descontaría terreno.

El RIPTE que mide el salario real pero que ajusta alquileres, prepagas y ART fue cuestionado

El ejemplo que desarrolló en su cuenta de X lo explica claramente: "Si me aumentan de 2 a 3 millones el sueldo, para RIPTE voy a seguir estando en 1,5 millones, salvo que se suba ese tope imponible. Dado que eso no ocurre todos los meses, lo que termina pasando es que se subestima fuerte la variación salarial".

Como en enero el IPC fue de 20,6%, se interpretaría como que hubo recuperación del salario real, pero si toma RIPTE lo que da es una fuerte caída, agrega.

El factor indexatorio

La alarma que hizo sonar el ex director nacional de Estudios para la Producción (CEP XXI) del anterior gobierno y actual titular de Planificación Productiva de Fundar, una ONG que piensa políticas públicas para el desarrollo, se enfocó hacia la verdadera evolución del salario real en el primer mes del año.

Según la Remuneración Imponible Promedio de los Trabajadores Estables (RIPTE), los salarios subieron apenas 14,7%, siendo que en realidad, el índice del Sistema Integrado Previsional Argentino (SIPA) dio el 26,1%, unos 11 puntos y medio más.

De modo que el salario real no cayó más del 20%, como surge del RIPTE, sino bastante menos. 

La estimación a febrero es de 6% respecto a noviembre de 2023 (en el sector privado registrado).

Aunque la base de cálculo del RIPTE se extrae del valor que figura en el SIPA, que difunde la Secretaría de Trabajo, este último número refleja la remuneración exenta de adicionales sobre la que el sistema previsional liquida los aportes, mientras RIPTE indica el neto que ingresa en la caja, sujeto a los topes vigentes.

Según el último dato, las bases imponibles SIPA mínima y máxima quedaron en $ 64.039,66 y $ 2.081.258,67, respectivamente

En materia de ingresos, en todo caso, las indexaciones aplicadas con el índice de inflación a profesionales, consultorías y cargos directivos muestran otra cara de la moneda. 

Los que cobran el sueldo periódicamente actualizado por IPC, ante el tipo de cambio planchado, mejoraron 60% a valor dólar.