El regreso a la Fase 1 pondría a muchas provincias al borde del desfinanciamiento
Una cuarentena estricta, producto de una segunda ola de coronavirus, provocará un nuevo descenso en la recaudación de los impuestos que se coparticipan y el gobierno ya avisó que no habrá más ATN.
Por Antonio D’Eramo
Frenar violentamente la actividad económica como ocurrió hace un año, cuando comenzó la pandemia de Covid-19 en nuestro país, no parece ser una opción viable ni para la recaudación de la Nación ni para la de los estados provinciales.
En el Palacio de Hacienda, los funcionarios que responden a Martín Guzmán, ya les avisaron a sus pares provinciales, “este año se agotaron los fondos del Fondo Fiduciario de Desarrollo Provincial que podemos otorgar”.
En el ministerio de Interior que conduce Eduardo "Wado" de Pedro la situación con los Aportes del Tesoro Nacional (ATN) es similar. Sin ser tan contundentes, los voceros explicaron que “el reparto se agotó durante el 2020 y tenemos provincias muy complicadas como Chubut que estamos monitoreando a diario”.
Sin embargo, la mala administración de Chubut es una excepción en el panorama ordenado que muestran las cuentas fiscales de los estados provinciales. La mayoría de las provincias argentinas han logrado tener un leve superávit fiscal producto de los 120.000 millones de pesos que el Poder Ejecutivo envió, a través de los programas citados anteriormente, para reemplazar la caída de la actividad económica provocada por la cuarentena estricta de los meses de marzo, abril y mayo del 2020 que posibilitaron la caída de la recaudación de los impuestos coparticipables.
Un estudio del Centro de Economía Política Argentina (CEPA) analizó la evolución de los ingresos coparticipables con las provincias en términos reales en marzo de este año y la evolución de la recaudación desde los meses más complicados de la cuarentena dura, decretada el año pasado, cuando la mayoría de los rubros económicos permanecieron inactivos.
Durante el 2020, la recaudación de los niveles nacionales, provinciales y municipales se ha visto sensiblemente afectada por la pandemia de COVID-19, tanto por la reducción y postergación de vencimientos, como por la caída de la actividad y el atraso en el pago de los mismos.
El informe, radiografía la composición de los ingresos provinciales que provienen de dos fuentes principales. La recaudación propia compuesta por Ingresos Brutos; tasas Inmobiliarias; gravámenes al Automotor e impuesto de Sellos.
La segunda fuente son los recursos de Coparticipación compuestos por IVA y Ganancias. Y, en lo que respecta a las transferencias de estos tributos que recauda la Nación, estos representan una buena parte de los ingresos provinciales: en promedio, alcanzan el 71,3% del total. Existen algunas provincias que presentan un alto nivel de dependencia de los recursos nacionales coparticipables, como Formosa, La Rioja, Catamarca, Chaco, Jujuy, San Juan, mientras que, en el otro extremo, los niveles de recaudación de recursos locales son sensiblemente mayores, como en el caso de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
De cualquier forma, un nuevo cierre masivo de actividades económicas por la segunda ola de Covid-19 provocaría una menor recaudación tanto en impuestos provinciales del tipo de Ingresos Brutos como en los que gravan al consumo o al trabajo: IVA y Ganancias.
La masa coparticipable bruta se conforma del 100% del Impuesto a las Ganancias (ley 20.628), el 89% del IVA (leyes 23.966 y 27.432), el 100% de los Impuestos Internos Coparticipables (ley 26.674), además de otros impuestos menores.
Si la segunda ola de coronavirus provoca la decisión de retroceder a una cuarentena estricta, el pequeño superávit que muestran en sus balances algunas provincias podría verse desdibujado rápidamente ante la ausencia de montos significativos girados desde la Nación, la pérdida de recaudación propia y, la segura, escasa asistencia de parte de Casa Rosada a través de los ATN o los fondos fiduciarios del Ministerio de Economía.
LAS PRESIONES DE LOS GOBERNADORES DE LA LIGA DEL NORTE
Por un lado, los diez mandatarios del NOA y del NEA, están muy preocupados por los efectos sociales que puede provocar en sus provincias la rápida diseminación de alguna nueva cepa del covid-19 que jaquearía sus sistemas sanitarios pero, por el otro, saben que durante el año 2021, el fondo de 60.000 millones de pesos acumulados que distribuyeron los funcionarios del ministerio de Interior el año pasado, ya no existe más.
Por ello, uno de los principales reclamos a la administración de Alberto Fernández es obtener recursos para subsidiar la energía eléctrica, en especial en los meses estivales, y al servicio público de pasajeros de cada provincia que integra la liga del Norte. Pedidos que difícilmente sean atendidos en un año con pocos fondos, de elecciones y con incertidumbre por la segunda ola de coronavirus.
Frente a este panorama, cada vez que los gobernadores visiten Buenos Aires para hacer un tour de pedido de fondos al estado nacional, se encontrarán con el ofrecimiento de vacunas e insumos sanitarios.
Esta actitud del gobierno nacional se sustenta en los números positivos de la coparticipación del mes de marzo de 2021 que, comparados con los números de marzo de 2020 cuando comenzaba la cuarentena, son sensiblemente superiores. Se trata casi de una recuperación lógica, en V, ante la inexistencia de actividad laboral durante ese mes de 2020 y los que le siguieron.
El CEPA precisa en su estudio “en marzo se puede observar un notable aumento (el más alto en varios años) en la variación interanual de las transferencias en términos reales del 20,5%. Dicho salto se explica por el efecto del COVID en la comparación interanual, ya que marzo y abril de 2020 constituyen los meses de mayor impacto de la pandemia”.
El informe además da cuenta de la situación provincia por provincia del tercer mes del año en curso. “Es posible distinguir que la pérdida en términos reales de las transferencias por Coparticipación tiene en sus extremos a CABA, con una caída de 48,2% interanual -como resultado de la reducción de las transferencias vinculadas al costo de la policía y bomberos- y a la provincia de Río Negro que recupera un 28,1%. Se trata de un escenario donde, salvo CABA, el resto de las provincias le ganan fuertemente a la recaudación del año anterior ajustada por inflación por sexto mes consecutivo”.
La actividad productiva de la Nación se ve reflejada en los impuestos que se recaudan, más allá de la notable informalidad de la economía nacional que genera evasión impositiva. El ejemplo del año de la pandemia es dramático.
Los economistas del CEPA en base a información oficial detallaron, “en la primera parte de la pandemia, hasta el mes de mayo se observa un impacto negativo sobre la recaudación que es sostenido y empeora: -11,4% en marzo, -17,9% en abril, -25,8% en mayo. Los meses de junio y julio muestran una marcada desaceleración de esa caída: -11,6% en junio y 14,1% en julio. Agosto y septiembre implica un retorno a niveles previos a la pandemia, donde las transferencias en términos reales crecen 1,8% y 3,9% respectivamente respecto a ambos meses equivalentes del año anterior, particularmente influenciados por el atraso en el vencimiento de bienes personales y su significativa recaudación derivada de las modificaciones del impuesto en 2019, y la recuperación en buena parte del IVA y del Impuesto a las Ganancias. Octubre mejora aún más la recaudación mostrando un crecimiento en términos reales de 13,8% interanual que deriva de una mejor evolución de la recaudación del Impuesto a las Ganancias, una menor caída de IVA y por el impacto positivo, por tercer mes consecutivo, de la recaudación en el Impuesto a los Bienes Personales. Noviembre muestra valores similares al mes de octubre, con una variación interanual de 12,6%. El mejor desempeño del año lo tuvo diciembre, que cerró el año con 18,1%. Enero de 2021 muestra una variación interanual del 2,8% y febrero de 2021 de un 4,9%”.
De sostenerse el actual nivel de actividad, la evolución de la recaudación se muestra como auspiciosa para las arcas provinciales pero los gobernadores saben que un cierre masivo de la economía los dejaría en una situación financiera precaria durante un exigente año electoral.