Economistas estimaron que durante 2023 la economía argentina no va a crecer y seguirá con una inflación muy elevada, del orden del 6% mensual, mientras que reclamaron reducir drásticamente el gasto público y prestar atención a la "asfixia" que sufre el sector privado.

Para Fausto Spotorno, el año que viene no habrá crecimiento económico pero sí una una "inflación importante", que estimó en el orden del 6% o 7% promedio mensual.

A su criterio, la Argentina necesita un un plan de estabilización económica que baje el déficit fiscal, recortando unos tres o cuatro puntos del PBI; que avance una reforma laboral
y una reforma tributaria y, además, que se simplifiquen los procesos de exportación.

Al exponer en el Congreso de Economía Provincial organizado por la Fundación Libertad de Rosario, Spotorno consideró que en 2023 el escenario internacional no va a ser favorable para la Argentina, ya que la economía global "entró en un proceso de ajuste de tasas y de ajuste fiscal que va a llevar a una desaceleración de la actividad".

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"Entonces, el año que viene vamos a ver una reducción de la inflación global, lo cual para la Argentina es malo, porque si el mundo se desacelera, los precios internacionales van a bajar", advirtió.

El economista consideró además que el programa económico del Gobierno tiene como objetivo "llegar" al fin del mandato, pero destacó "dos cosas positivas: el gasto público se está achicando y el Estado no está emitiendo dinero para financiar el déficit".

No obstante, aclaró que el gasto se ajusta porque se aceleró la inflación y la emisión monetaria se frenó "porque no se están emitiendo pesos, pero sí promesas de emisión de pesos".

Con respecto al sector privado, dijo que está "muy desordenado" y que se han generado inversiones "en sectores que no son rentables, ya que a los más competitivos se los ahoga con
impuestos".

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Por su parte, Roberto Cachanosky hizo hincapié en el gasto público: admitió que el déficit fiscal "no me preocupa tanto, pero sí el nivel de gasto, porque eso quiere decir que nos están matando con impuestos".

"Actualmente hay 48 puntos sobre PBI de gasto público consolidado, que son absolutamente imposibles de financiar. Y esto deja a la economía -con vistas a diciembre de 2023, cuando asuma un nuevo Gobierno- en una situación peor que en 2001", alertó.

En ese sentido, sostuvo que al gasto "hay que bajarlo a 30 puntos como en la década del '80, mejorando la calidad de lo que se gasta. Pero no es una tarea sencilla de encarar, porque el colchón social que tenemos ahora es peor que hace 40 años".

En consecuencia, Cachanosky evaluó que "se están juntando tres grandes problemas: gasto público que se financia con impuestos, la inflación y una deuda impagable del Banco Central".

También estimó que la inflación permanecerá muy elevada en 2023, en el orden del 6% mensual.

A su turno, Diana Mondino también afirmó que es "indispensable" que el gasto público se reduzca, pero hizo foco en el sector privado, sobre el cual señaló: "está asfixiado en su rentabilidad. Van a llegar a 2023 sin capital de trabajo, sin stocks. Y así es muy difícil que este sector pueda recuperarse".

Asimismo, indicó que en el mercado laboral "hay una situación muy tensa, con profundas asimetrías entre sectores en cuanto a la capacidad de negociar salarios".

"Tenemos una economía sin ahorro y una población muy empobrecida", subrayó la economista.