Del "deme dos" al "me dê dois": precios regalados para el turismo limítrofe
Las comparaciones con los precios de Brasil, Chile y Uruguay abren la posibilidad de un aluvión de compras con la apertura de fronteras
El turismo y la paridad cambiaria van de la mano y en eso los argentinos pueden dar cátedra para enseñar que los viajes al exterior y las compras a precio de ocasión oscilan según la cotización del dólar y, por qué no, del real.
En tiempos de dólar barato y mercado de cambios sin restricciones, el éxodo de argentinos a diferentes puntos turísticos del mundo suele ser una constante que se traduce en una frase característica: "deme dos".
Pero la situación es la inversa cuando el peso se devalúa y los precios relativos en otros países se encarecen. En esos casos, son los precios en la Argentina los que resultan más baratos para los extranjeros y el país pasa a ser receptor de los ávidos compradores que abarrotan los centros comerciales de las principales ciudades aprovechando la ocasión.
No pasarán muchos días para que los arbolitos de Florida comiencen a vociferar "troco", al lado de comerciantes que ofrezcan "roupas de couro". Del otro lado, el "me dê dois" de respuesta también traerá recuerdos no muy lejanos.
La apertura de las fronteras para recibir turistas de países limítrofes deja servida esta segunda opción, si se tiene en cuenta que la debilidad del peso argentino deja a los bienes y servicios a precios de remate para los bolsillos de brasileños, chilenos y uruguayos.
Precisamente en eso estaba pensando el ministro de Turismo y Deportes, Matías Lammens, cuando pronosticó el arribo de unos cien mil turistas de países limítrofes que podrían dejar unos US$ 200 millones por sus gastos de estadía y consumo.
Después de meses de pandemia y aislamiento social, el oído argentino tendrá que volver a acostumbrarse al idioma portugués y a las tonadas y modismos del otro lado del Río de la Plata y la Cordillera de los Andes.
La consultora Focus Market realizó una serie de cuadros comparativos que muestran que los precios de algunos productos en la Argentina pueden llegar a ser hasta cuatro veces más baratos que en países limítrofes.
Por ejemplo, un uruguayo que tiene que pagar US$ 68,07 en su país por un jean de primera marca, acá lo podrá conseguir a US$ 21,14.
Una cerveza de medio litro que en un bar de Buenos Aires se puede consumir por US$ 0,70, pero en Santiago un chileno tiene que pagarla a US$ 3,17.
Y si en pocos días la ciudad se llena de cariocas, paulistas, gaúchos y mineiros, no será solamente por su activa vida nocturna: una cena para cuatro personas, con agua, cerveza y postre cuesta en un restaurante porteño US$ 20,14, mucho menos que los US$ 39,08 que hay que desembolsar en cualquier ciudad brasileña.