La competitividad de la argentina frente a Brasil “se desplomó” en lo que va de 2021 a raíz de la apreciación del peso en comparación con el real y si ese proceso continúa en los próximos meses, con un tipo de cambio ajustándose por debajo de la inflación, “es probable que se desaten tensiones” en el comercio bilateral con el principal socio del Mercosur.

La advertencia fue formulada por el economista jefe de la Fundación de Investigaciones Económicas Latinoamericanas (FIEL), Juan Luis Bour, quien señaló que “en la serie larga”, el peso “se encuentra hoy 24% apreciado respecto del real”.

Si bien la Argentina cuenta con superávit en su balanza comercial global, su relación con Brasil es deficitaria, más allá del incremento del intercambio bilateral en los últimos meses, en comparación con los números del inicio de la pandemia de coronavirus.

Los datos del intercambio comercial de julio serán dados a conocer el 19 de agosto por parte del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC), pero el Ministerio de Economía brasileño suele divulgar las cifras de comercio exterior del país vecino el primer día hábil del mes siguiente.

En base a esa información, días atrás dio a conocer que el saldo del intercambio bilateral de julio arrojó un resultado deficitario para la Argentina de 167 millones de dólares, superior a los 75 millones de déficit de junio que ya informó el INDEC.

En la presentación de la última entrega de los Indicadores de Coyuntura de FIEL, Bour destacó que la paridad cambiaria con el real no guarda relación con la del peso en relación con otras monedas, al punto que en base a cómputos del Banco Central al 4 de agosto “el peso se encontraba 3,5% apreciado respecto del promedio de los últimos 25 años”.

“Es cierto que desde fines de 2020 se apreció más de 9%, pero no está lejos de su valor promedio”, indicó, para advertir que “algo diferente es el panorama si observamos el tipo de cambio real bilateral con Brasil”. En ese caso, destacó, “el peso se encuentra hoy 24% apreciado respecto del Real en la serie larga, por lo que allí la ‘competitividad cambiaria’ virtualmente se desplomó”.

Al respecto, el economista de FIEL remarcó que “si el peso se sigue apreciando unos meses más (devaluación al 1% e inflación al 3% mensual), es probable que se desaten tensiones en el comercio con Brasil a lo que se sumarán las tensiones en otros mercados”.

De todos modos, Bour consideró que “estos aspectos podrían ser menores” enfrente de una política fiscal y monetaria expansiva con controles cambiarios, que derivó en la aparición de “una brecha cambiaria volátil y creciente, cercana hoy al 80%”.

“La brecha se expresa en múltiples tipos de cambio que la autoridad monetaria intenta controlar, con poco éxito y elevado costo en términos de reservas (que caen) y prima de riesgo (que sube)”, explicó, al tiempo que alertó sobre sus consecuencias en las exportaciones y la competitividad en relación con otros mercados.

Si a esa brecha entre los tipos de cambio libre y oficial se le suma la existencia de retenciones, para Bour el exportador, en particular el productor agrícola, “se enfrenta a un castigo ejemplar”. “Recibe de ingreso bruto por dólar de producto exportado (neto de retención) entre 36 y 55 centavos de dólar ‘de verdad’”, es decir al que podría acceder en el mercado libre. Bour señaló que “ello contrae la frontera agropecuaria y limita las exportaciones de todos los bienes y servicios”.