Por Antonio D’Eramo

Ejecutivos de grandes empresas multinacionales productoras de fertilizantes como Bayer y su controlada Monsanto; Syngenta; Atanor; Basf y Dow Agrosciencies, entre otras, recibieron durante este año numerosas cartas documentos remitidas desde la gobernación bonaerense de Axel Kicillof.

El motivo, sancionarlas por no tratar envases de fitosanitarios, tal cual dispone la ley 27.279, sancionada el 14 de septiembre de  2016, que establece los mínimos presupuestos de protección ambiental para la gestión de los envases vacíos de fitosanitarios, en virtud de la toxicidad del producto que contuvieron y que requiere una gestión de reciclaje diferenciada.

El malestar del equipo de Kicillof, encabezado por el director ejecutivo del Organismo Provincial para el Desarrollo Sostenible  (OPDS) que conduce Juan Brardinelli y que emitió multas por un total de 780 millones de pesos repartidas entre 26 empresas de agroquímicos, se produce porque, en definitiva, es en la provincia de Buenos Aires donde funcionan 14 centros de almacenamiento transitorios habilitados por la Fundación Campo Limpio y donde más se está prestando atención a las denuncias por desapariciones de bidones desde el año 2019.

Según relevó NA con productores agropecuarios y expertos en el cuidado del medio ambiente, en el año 2019, se vendieron cerca de 13 millones de bidones de fertilizantes y según datos de Campo Limpio, https://www.campolimpio.org.ar/envases-recuperados/ se recuperaron 3.816.827 kilos de plástico o 3.645.363 envases recolectados en tres años, 2019, 2020 y 2021.

Si bien existe un gran avance en la recuperación de estos bidones tóxicos, las estimaciones más conservadoras indican que hay 12 millones de envases que no se sabe dónde están. Pueden haber sido destruidos, enterrados, incinerados o, el escenario tan temido, vueltos a utilizar comercializados en el mercado negro.

Iván Diamint, gerente de estrategia, planificación e  Innovación de Campo Limpio, la entidad que tiene la responsabilidad primaria de organizar el retiro de los envases, explicó “…los bidones deben descartarse obligatoriamente una vez por año, tras almacenarlos, ya lavados y perforados. Aunque se han visto distintos usos no adecuados e ilegales. Hemos encontrado todo tipo de uso, incluso como bidón de agua, lo que es más que inadecuado. Por suerte esta ley se planteó y está prohibido hacer reutilización. Brasil está más avanzado que nosotros, ya que hace 20 años trabajan esto y están recuperando cerca del 90 por ciento de todos los recipientes”, explicó Diamint a noticiasmercedinas.com

La Fundación Campo Limpio, es una organización civil integrada por la Cámara de Sanidad Agropecuaria y Fertilizantes (Casafe) y la Cámara de la Industria de Fertilizantes y Agroquímicos (Ciafa), que tiene a su cargo la instrumentación del sistema de devolución y reciclado de envases vacíos, según lo dispuesto por el decreto 134/18 reglamentario de la Ley 27.279. En la fundación se dan cita los gerentes de cerca de 100 empresas fabricantes de insumos agrícolas, que representan un 90% de los bidones plásticos que se utilizan en las faenas agrícolas en nuestro país.

Iván Diamint prefiere no dar precisiones públicas acerca del consumo de bidones pero afirma que duplicaron la recolección de envases del año 2020 y superaron en 8 veces lo conseguido en 2019. “Estamos trabajando y nos queda mucho por hacer. Trabajamos mucho por este tema ambiental, somos pasionales con esto y conscientes de las largas horas de trabajo que tenemos son para seguir avanzando”.

Desde la Cámara de Sanidad Agropecuaria y Fertilizantes (CASAFE), sus socios sostienen que es necesaria brindar más información a los productores para mejorar el circuito de reciclado.

Un comunicado de la entidad afirma que “muchas veces el productor no cuenta con la información necesaria para gestionar los envases, los cuales terminan dispersados por el campo o siendo manipulados por recicladores no habilitados para manejar este tipo de plásticos”.

Sin embargo, esta situación tiende a mejorar desde la sanción de la ley y el trabajo de la Fundación Campo Limpio, “…existen algunas zonas donde esta problemática está comenzando a tratarse y solucionarse mediante centros de acopios transitorios (CAT´s) administrados por los diferentes municipios”, afirman voceros de la entidad.

Ahora bien, Buenos Aires y La Pampa están avanzados en la implementación de estos centros de acopio pero, al día de hoy, hay provincias agrícolas que todavía no se han adecuado a las obligaciones de la ley.

Las provincias de  Salta y Tucumán siguen en la lista de territorios que cuentan con centros de acopio mientras que provincias con fuerte presencia del rubro agropecuario como Santa Fe, Chaco, Entre Ríos y Córdoba, vienen más retrasadas en la creación de estos centros o lo realizan en galpones privados por fuera de la Fundación Campo Limpio que tiene como objetivo que todas las provincias cuenten al menos con un centro de recolección de bidones. Las localidades que cuentan con CAT ‘s en estos momentos se  pueden consultar en https://www.campolimpio.org.ar/nuestros-cat/

La industria local patentó, en 2018, el primer sistema de trazabilidad y logística integral para el recupero de envases utilizados en agroquímicos, respondiendo a un requerimiento ambiental establecido por la ley 27.279, reglamentada ese año. Un sistema que permite conocer dónde se encuentra en cada momento el envase, desde que se produce hasta que se destruye o reutiliza. Incluye la logística inversa para el recupero y traslado de los mismos y es parte de un proyecto de inversión de 20 millones de dólares en una nueva planta, donde se producen, en su mayoría, estos envases.

A pesar de estos avances, la preocupación por la imposibilidad de ubicar los bidones que no se acopiaron y que se producen campaña tras campaña en un país que siembra granos y oleaginosas en 40 millones de hectáreas, se acrecienta.

El modelo de responsabilidad compartida entre organismos del Estado, los agricultores, fabricantes y distribuidores se inspira en el que rige en Brasil desde 2002.  Pero, la recuperación anual en el país vecino es superior al 94%, según datos del instituto brasileño de Procesamiento de Envases Vacíos (INPEV).  Una vara muy alta que aún no se puede superar o igualar.