¿Cruzar a Brasil o Paraguay para traer aceite de oliva argentino? ¿Qué locura es esa?
Con los productos alimenticios, la caridad bien entendida no empieza por casa, a diferencia del refrán. Cuestan más baratos afuera que en el propio país de origen.
Un aceite de oliva extra virgen clásico en botella de 500 ml made in Argentina se paga más barato en las góndolas de un súper en la isla de Florianópolis y en las paraguayas que en autoservicios de la propia localidad bonaerense de Morón, de donde proviene.
Se consigue en el súper mayorista Fort, de Canasvieiras, al valor equivalente a $AR9.180, cuando en la página oficial del fabricante en el país, el mismo producto cuesta $AR13.900, o sea, 34% más caro.
Y si lleva dos, el valor desciende a $8.980 cada uno, o sea se ahorra, un par de puntitos adicionales aún más bajos que en cualquier supermercado nacional.
No es casualidad, en la capital de Paraguay, Asunción, el aceite de oliva de Molinos Cañuelas también se comercializa más barato que en el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA), según testimoniaron turistas de nuestro país, de tránsito por la tierra guaraní.
Dentro de esa escala, la competitividad de ese aceite de oliva, desconocida para el propio país de origen, queda a la vista en las estanterías mismas de los vecinos, ya que comparado con productos similares de Portugal, España, Chile, Brasil, terminó siendo el más económico.
Más caro y más barato
Coninagro hizo un relevamiento de 18 alimentos respecto de Brasil y llevó a la conclusión de que 8 de los que Argentina es productora tienen enorme diferencia de precio: el kilo de bife de cuadril y de pan cuestan un 8% más en la plaza local; el litro de leche, 25% más; el aceite de oliva, 33%; la costeleta de cerdo, 34%; el arroz, 59%; la yerba, 70%; y el poroto negro seco tiene un precio 144% más alto que en Brasil.
Al revés, en Argentina el kilo de muzzarella tiene un valor 3% inferior; el kilo de papa, -11%; el pollo, -15%; el azúcar, -19%; la arveja en lata, -30%; la harina -40%; el aceite de girasol -47%; el vino tinto -50%; la manzana -51%; y la naranja -70%
Las cargas impositivas marcan, en parte, las distancias, ya que nuestro IVA es del 10,5%, como el arroz y cerdo, mientras en Brasil es levemente inferior, pero en Argentina se le tiene que agregar un 1,2% en concepto del impuesto a los Débitos y Créditos y un 4% de Ingresos Brutos.
El principal impuesto que se paga en Brasil por la comercialización de alimentos es el ICMS (Imposto sobre Circulação de Mercadorias e Serviços), un impuesto estadual, no federal, que varía entre los estados y el rubro, pero que para alimentos promedia el 12%.
Se añade a los costos el ISS (Imposto Sobre Serviços de Qualquer Natureza), algo parecido a las contribuciones municipales en la Argentina, y que varía según el municipio, aunque hay que tener en cuenta que en las comunas locales también se gravan con tasas que de algún modo compensan.
La explicación respecto de la diferencia entre el mismos aceite en góndolas de distintas nacionalidades la brindó encargado de Comercio Exterior de Nucete desde hace 40 años, Daniel Rodríguez: “Ese precio surge del costo que asume la marca para poder insertarse en un mercado que nos plantea competencia de todas partes del mundo", le dice a primerplanoonline.
Y suma un dato revelador: “Incluso allá estamos caros si se considera que competimos con otras marcas argentinas que se comercializan en botella plástica y pueden ofrecer un precio aún más bajo que el nuestro”.
Rodríguez confiesa que “el aceite de oliva es un producto que en Argentina es muy caro; acá el precio de la botella es un infierno”, reconoce.
La empresa, que está presente en todo Brasil, Chile, Paraguay y Uruguay, incluso ya hizo pie en otros países del mundo.
Movimiento interfronterizo
Entre el 10 y el 17 de enero ingresaron a Paraguay 55 mil argentinos y salieron 60 mil, según la Oficina Regional de Migraciones.
En promedio entran 10 mil por día a través del puente Posadas-Encarnación, muchos de ellos a pasar el día y hacer compras.
Es que Paraguay está 30% más económica para los argentinos y 50% para los brasileños en muchos rubros, pero principalmente en piezas de automotores, electrónica y combustibles.