Valentín Barco y el sube y baja del fútbol: vuelve a girar la rueda para una de las "joyas" de Boca
La situación del juvenil de 18 años despertó una vez más una gran cantidad de interrogantes que rodean la vida de los jugadores: cómo lidiar con la exposición, la presión y los vaivenes que suele presentar la profesión.
El lateral izquierdo de Boca Valentín Barco reapareció en la Primera División de la mano del entrenador Jorge Almirón y, rápidamente, volvió a quedar en medio de los flashes que lo acompañaron durante sus primeros pasos en la máxima categoría y que lo olvidaron cuando le tocó regresar a la Reserva.
Barco fue el héroe del "Xeneize" en la agónica victoria ante Deportivo Pereira de Colombia por la segunda jornada del Grupo F de la Copa Libertadores, cuando el partido se había vuelto cuesta arriba inesperadamente y la Bombonera entera había comenzado a expresar el descontento de los hinchas.
La situación del juvenil de 18 años, quien hace dos meses renovó su contrato hasta diciembre de 2024, despertó una vez más una gran cantidad de interrogantes que rodean la vida de los jugadores de fútbol: cómo lidiar con la exposición, la presión y los vaivenes que suele presentar la profesión.
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Oriundo de la localidad bonaerense de 25 de Mayo, llegó a Boca a los 9 años al ser descubierto por Ramón Maddoni pero, como no había lugar en la pensión, tuvo que recorrer a diario y a bordo del Renault 12 de su padre los 450 kilómetros de ida y vuelta para entrenarse.
“Había veces que no teníamos nada de plata. Salíamos de La Candela, donde le daban un sándwich y un juguito, y subíamos al auto. Él preparaba el mate y me daba medio sándwich a mí”, contó su madre, Patricia, a TyC Sports.
Barco debutó el 16 de julio de 2021, con 16 años, en un empate 1 a 1 con Unión en Santa Fe, al tiempo que en la siguiente semana sumó otros dos encuentros en Primera.
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Si bien fue exhibido como una de las principales "joyas" de las Juveniles del club -y sus condiciones acompañaron esa afirmación-, luego fue "borrado" por presuntos actos de indisciplina y por no extender su vínculo con Boca, mientras varios equipos de los más grandes de Europa, como la Juventus de Italia, posaban sus ojos en él.
Pasaron casi dos años con un nulo protagonismo del lateral, hasta que el propio vicepresidente Juan Román Riquelme fue el encargado de informar que las negociaciones se habían encaminado: "Si continúa en Boca, seguiremos cuidándolo. Estamos cerca de arreglar con su agente Adrián Rouco y con su padre. Pidieron dos o tres condiciones, que no son nada del otro mundo, y va a estar todo bien", señaló el ex enganche.
"Estoy muy feliz de contarles que renové mi contrato con Boca hasta diciembre 2024. Más allá de todo lo que se dijo, siempre me quise quedar. Ojalá pueda seguir vistiendo esta camiseta muchos años más. Estoy cumpliendo un sueño y por eso decidí quedarme a pelearla acá", expresó el jugador una vez acordada su continuidad en la institución de La Ribera, el 3 de febrero último.
Así fue cómo volvió a girar la rueda: Barco, otra vez, apareció como una de las "joyas" de la Reserva y la llegada de Almirón le significó una segunda oportunidad en Primera, que aprovechó con creces a raíz de su desempeño frente a Estudiantes de La Plata y de su nivel superlativo en el duelo con Deportivo Pereira.
“Es un orgullo enorme todo esto. La gente me banca mucho, me tiene cariño y se nota todos los días. Los grandes me felicitaban, me decían que siga así, saben lo que trabajé para tener esta oportunidad y trato de devolverlo dentro de la cancha”, manifestó el joven, que en simultáneo al partido fue preseleccionado por Javier Mascherano para el Mundial Sub 20.
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Boca lo perderá entre el 20 de mayo y el 11 de junio próximos si Mascherano lo confirma en el listado final, lo que es prácticamente un hecho, pero lejos estará ese período de ser una pausa en la exposición del "Colo".
Por ello, la actualidad de Barco representa la de muchos jóvenes futbolistas y acentúa los desafíos para los clubes y sus entornos: cómo acompañarlos psicológicamente para evitar los mareos cuando las carreras se convierten en torbellinos para jugadores que no dejan de ser chicos.
La ventaja, a diferencia de épocas pasadas, es que hoy sí se le da relevancia a la faceta mental y varios clubes cuentan con áreas especializadas para el seguimiento de los juveniles desde una temprana edad, aunque aún resta mucho camino por recorrer. El caso de Valentín Barco es un riesgo y una posibilidad para Boca, que deberá demostrar estar a la altura.