Adrián "Maravilla" Martínez se convirtió en el último fenómeno del fútbol argentino. En apenas su tercer partido con Racing Club, el delantero fue el protagonista estelar de la victoria por 4 a 1 sobre San Lorenzo en la cuarta fecha de la Zona B de la Copa de la Liga. Nacido en Campana, este jugador llegó al club de Avellaneda durante el último mercado de pases e irrumpió con fuerza como la nueva referencia de ataque.

Sin embargo, detrás de su fulgurante éxito en la Academia se esconde una historia de superación y determinación. Martínez, de 31 años, no siguió el camino tradicional de las inferiores. Su trayectoria estuvo marcada por dificultades y obstáculos que superó con determinación y talento.

Antes de su llegada a Racing, Martínez había jugado solo en un club local llamado Las Acacias, luego de una breve experiencia en Villa Dálmine a los 17 años. En ese entonces, trabajaba como recolector de basura y albañil, hasta que un accidente en motocicleta cambió el rumbo de su vida.

Sin embargo, su camino estuvo lleno de adversidades. Martínez fue acusado, junto con su familia, de un crimen que él niega haber cometido. Pasó siete meses en prisión antes de que el proceso judicial lo declarara inocente y recuperara su libertad.

A pesar de los contratiempos, Martínez perseveró y se abrió paso en el fútbol profesional a los 23 años, cuando tuvo la oportunidad de jugar en Defensores Unidos de Zárate. Desde entonces, su carrera fue ascendente, con pasos por clubes en Argentina, Paraguay y Brasil, hasta destacarse en Instituto de Córdoba, donde dejó su huella con 18 goles y 9 asistencias en 41 partidos.

El ascenso meteórico de Martínez en Racing cautivó a los aficionados y generó expectativas sobre su futuro en el fútbol argentino. Con su habilidad y determinación, "Maravilla" Martínez está escribiendo una historia de éxito contra todas las adversidades.