Un manto de duda se mantiene sobre la disputa del clásico de la tercera fecha de la Serie A entre Juventus-Nápoli, que no se presentaría en Turín por no poder salir de su ciudad por medidas sanitarias, tras la aparición de dos casos positivos en coronavirus entre sus futbolistas.

Todo partió desde la suspensión de Genoa-Torino por parte de las autoridades de la Serie A, ya que el elenco genovés reportó 15 casos positivos de coronavirus entre jugadores y cuerpo técnico.

El fin de semana pasado, Genoa visitó a Nápoli, a quien entre jueves y viernes le aparecieron dos positivos: el polaco Piotr Zielinski y el macedonio Eljif Elmas.

El partido en Turín, que enfrenta al Norte con el Sur, está programado para las 15.45 (hora argentina) pero las autoridades médicas de Nápoli no permiten a la delegación salir de la ciudad y las mantienen en aislamiento.

El reglamento de la Liga italiana, aprobado el último viernes, remarca que los equipos se deberán presentar a todo partido para el que puedan reunir a 13 jugadores, como es el caso del Nápoli.

Sin embargo, incluye una cláusula por la cual el partido se debería suspender si una autoridad sanitaria o política si así lo recomienda.

Más tarde, la Juventus afirmó que se iba a presentar en su estadio para jugar el partido y la Liga de fútbol italiana se pronunció de forma favorable a la celebración del encuentro porque las autoridades sanitarias de Nápoli no habrían impedido el viaje del equipo dirigido por Gennaro Gattuso, sólo habrían recomendado que los jugadores estén en cuarentena, como a cualquier persona que no sea deportista.

Pero ellos, al ser deportistas, no tenían vetado el viaje, que es de lo que se agarra la Juventus y la Liga para mantener el partido en pie hasta el momento.