El jugador del Atlético de Madrid de España Ángel Correa, finalmente estará en el Mundial de Qatar 2022 con la Selección argentina debido a que reemplazará al delantero Nicolás González, desafectado por una lesión.

De este modo, el ex enganche de San Lorenzo tendrá su primera chance en la máxima cita del fútbol tras superar una serie de adversidades tanto en la cancha como en la vida.

Correa había sido el número 27 de una lista de 26 y se había quedado en la puerta de la ilusión de disputar la Copa del Mundo con la camiseta albiceleste, algo que ya había sufrido en la antesala de Rusia 2018.

"Tenía la ilusión de poder participar. Fue un golpe muy duro, pero ahora vengo unos días a descansar con mi familia y mis amigos", expresó Correa al arribar a suelo argentino después de quedar fuera de la nómina.

Leé también: Sadio Mané se queda fuera del Mundial de Qatar 2022 por lesión

Y agregó: “Les deseo lo mejor a los chicos y a todo el cuerpo técnico, que sin dudas van a dar la vida para representar al país de la mejor manera. Vamos a estar alentando hasta el final en cada partido”.

Sin embargo, rodeado de sus afectos y con el sinsabor de que sea por la lesión de un compañero, Correa recibió hoy la noticia que esperaba desde que dio sus primeros pasos en el fútbol en las Juveniles de San Lorenzo.

Llegó el merecido Mundial para Ángel Correa, el pibe de las mil gambetas en la cancha y en la vida

Con una infancia dura, en la que sufrió el fallecimiento de su padre cuando tenía diez años, sus primeros pasos con la pelota estuvieron muy lejos de ser los ideales.

"El ingreso que tenía yo por jugar al fútbol era lo único que llegaba a mi casa para poder comer mis hermanos, mi mamá o yo. Tenía un representante que me daba un sueldo y yo se lo daba a mi madre, que era la que lo manejaba", contó alguna vez "Angelito".

Y esas complicaciones lo llevaron a tener problemas de disciplina tanto dentro como fuera del campo de juego, por lo que su carrera estuvo cerca de terminar antes de comenzar a levantar vuelo.

"Yo lo conocía de Inferiores y él hacía tres meses que no venía al club. (Bernardo) Romeo, que recién había llegado, me dijo que Correa tenía un problema en la rodilla pero que no reportaba su situación ni se sabía nada. Lo estaban por bajar de Reserva pero le dije que me lo deje a mí, que sabía que era un gran jugador de fútbol y que lo íbamos a encaminar", relató tiempo atrás Fernando Kuyumchoglu, quien por entonces era el coordinador de San Lorenzo.

Además, continuó: "Ese día llegó tarde pero tuvo la suerte de que el micro se retrasó y pudo viajar a Mar del Plata. Yo ya lo conocía y el haber manejado a pibes como (Erik) Lamela o (Manuel) Lanzini me dio la posibilidad de ver a Ángel y compararlo con esos jugadores. Estuvo siete partidos en Reserva, se fue a Primera y explotó".

Cuando llegó a Primera demostró todo su potencial de forma instantánea: fueron 65 partidos, 12 goles y dos títulos con la camiseta azulgrana, aunque las vueltas de la vida lo obligaron a perderse la parte final de la Copa Libertadores 2014 por una anomalía cardíaca (un quiste en un ventrículo) que le descubrieron cuando se realizó la revisión médica para ser vendido al Atlético Madrid.

"Antes de operarme decía que lo único que quería era volver a jugar al fútbol. No tenía miedo de si me iba a morir, quería que saliera todo bien porque otra cosa que jugar al fútbol no sabía hacer", dijo Correa al recordar aquella época.

Llegó el merecido Mundial para Ángel Correa, el pibe de las mil gambetas en la cancha y en la vida

Fue campeón sin disputar la final y volvió a las canchas en el "Colchonero" de Diego Simeone, que lo reinventó a su estilo, quizás con mayor esfuerzo y despliegue que con las gambetas endiabladas que siempre lo caracterizaron.

Dejó de ser un pibe para ser un futbolista de experiencia que llegó a la Selección argentina y formó parte de la consagración en la Copa América 2021 y en la Finalissima 2022, aunque el destino también quiso dejarlo al margen de la segunda conquista como le había pasado en 2018 por decisión de Jorge Sampaoli.

Llegó el merecido Mundial para Ángel Correa, el pibe de las mil gambetas en la cancha y en la vida

"Fue algo complicado lo que pasó en esa oportunidad. Llevaba varios días viendo el alambre que estaba a punto de salirme del pecho y no le dije nada al doctor porque quería estar sí o sí en la 'Finalissima' ante Italia en Wembley. Después de que pasó el partido me agarró un poco de miedo, a mi familia también, y se lo dije al doctor. Me explicó que podría haberse infectado y eso hubiera sido muy grave, por lo que me recomendaron que fuese a Madrid para resolverlo rápido. No era un dolor, se me había abierto la cicatriz", explicó.

Ángel Correa trascendió todas las complicaciones y siguió en busca de su sueño de participar de una Copa del Mundo con el seleccionado albiceleste: "Con tal de ir, voy de aguatero", manifestó hace semanas.

Finalmente le llegó la oportunidad y no será como aguatero. "Angelito" estará en Qatar y su ilusión será la de todos los argentinos. Una gambeta más para el pibe que eludió todos los obstáculos, en la cancha y en la vida.