La NBA impuso una de las sanciones económicas más fuertes de su historia reciente a LaMelo Ball, base de los Charlotte Hornets, luego de que realizara comentarios homofóbicos en una entrevista post partido tras la victoria sobre los Milwaukee Bucks. En sus declaraciones, Ball utilizó un lenguaje considerado ofensivo y despectivo por la liga, al señalar que “los agobiamos, no como homosexuales” y la respuesta de la NBA fue contundente, aplicando una multa de 100.000 dólares como castigo ejemplar.

La franquicia de Charlotte también se distanció de los comentarios del jugador. Charles Lee, entrenador de los Hornets, expresó su desaprobación: “No es algo que aprobemos como organización. Hemos hablado con LaMelo y entiende la gravedad de sus palabras. Él está arrepentido y sabe lo que se espera de él en adelante”.

Por su parte, LaMello ofreció disculpas públicas antes de una nueva rueda de prensa, declarando: “Nunca fue mi intención ofender o faltar el respeto a nadie. Tengo amor por todos y no discrimino”. Aunque sus palabras buscaban apaciguar la controversia, el daño estaba hecho y la reacción de los fanáticos, tanto en redes sociales como en medios, fue dividida.

Este caso se suma a otros incidentes recientes de indisciplina en la NBA, como la multa de 35.000 dólares que recibió Anthony Edwards por hacer un gesto obsceno a un aficionado. Si bien el monto impuesto a Ball no es la mayor sanción en la historia de la liga, refleja la firme postura de la NBA frente a conductas inapropiadas, especialmente aquellas que fomenten cualquier tipo de discriminación.

En términos históricos, las sanciones de la NBA llegaron a ser mucho más severas en situaciones anteriores, como los 250.000 dólares impuestos a Latrell Sprewell o el medio millón a Vladimir Radmanovic. Sin embargo, la liga sigue demostrando que no tolerará comportamientos que vayan en contra de los valores de inclusión y respeto que busca promover.