Sebastián Simonet, el mayor de tres hermanos, fue el primer olímpico de la familia, al concretarlo con Los Gladiadores en Londres 2012. Luego repitió en Río 2016 y Tokio 2020+1.

Diego es figura del handball europeo hace lustros pero no pudo estar en Brasil por la rotura de ligamentos cruzados.

Pablo, el menor, sí debutó en Río, por lo que los tres cumplieron el sueño de compartir cancha en Japón. Pero París 2024 también será especial para siempre. Y no solo para la capital francesa que es sede olímpica por tercera vez en la historia (igualando lo hecho por Londres).

Es que el propio Pablo le propuso casamiento a la “Leona” Pilar Campoy, integrante de la selección femenina de hockey sobre césped. Y buscó un momento especial: dos días antes de la Ceremonia de Apertura de estos Juegos y en plena Villa Olímpica.

“La llevaba planeando hace cuatro meses, ya tenía ganas porque estamos juntos hace nueve años”, le contó Pablo a la Agencia Noticias Argentinas. “Esperé porque sabía que este momento era muy especial. Para Pilar requirió un esfuerzo muy grande apostar por estar en los Juegos Olímpicos”.  

¿Por qué el esfuerzo? Es que mientras él jugaba en España, ella debió volver a Argentina para entrenar, requisito sine qua non para integrar el plantel de Las Leonas. “A ella le encantaría jugar afuera y además estar en Las Leonas pero ella aceptó las condiciones. Le dije que no lo dude porque valen la pena los Juegos. Se volvió con las valijas a Argentina con una ilusión tremenda y ahora estamos felices”.

Pilar y Pablo están juntos desde el segundo semestre de 2015. Y estos son los segundos Juegos Olímpicos que comparten tras Río 2016. “Seguramente ahora vivamos en España, cerca de Málaga. Quizás ella deje o no la selección, no lo sé”, cuenta quien ya firmó con Club Balonmano Puente Genil de la prestigiosa liga ASOBAL para la próxima temporada.

Para concretar la propuesta que recorrió los medios de todo el mundo, necesitaba un cómplice: “Lo sabía yo solo”, le confiesa Diego a NA en zona mixta del Arena Paris Sud 6. “Pedí que hagamos una foto con los equipos que más clasificaciones consecutivas sumaban o algo parecido. Cualquier excusa servía. Mis papás se enteraron por las redes y mi hermano mayor también”.

Sebastián, entonces, fue de los más sorprendidos: “Me enteré por las redes como cualquier mortal pero fue mejor porque fue sorpresa para todos”, contó en las adyacencias del estadio donde vive sus cuartos Juegos Olímpicos, pero primeros fuera de la cancha. “Nos hizo quedar mal a los demás porque dejó la vara muy alta al hacerlo en un Juego Olímpico”.