La Bombonera fue el escenario elegido para el encuentro que un principio generó polémica la localía, sin embargo, fue un acierto la elección, ya que los cimientos vibraron al ritmo de un público que se encuentra en un momento dulce con la Selección argentina.

El debate por la menor capacidad de hinchas en el estadio Alberto J. Armando quedó en el olvido cuando Rodrigo De Paul y Leandro Paredes salieron al campo de juego a realizar -su ya clásica- ronda de comer caramelos. Es que los hinchas deleitaron a su par de futbolistas con un grito arrollador al ritmo de "dale campeón".

Ya sin figuras a la vista, pero calentando motores, desde todos los sectores del estadio, el público calentó motores con un clásico de años: "El que no salta, es un inglés".

La primera gran ovación de la noche llegó para el arquero Emiliano "Dibu" Martínez, quien viene de ganar el Premio Lev Yashin, como el mejor en su puesto, y aprovechó para deleitar a los hinchas con su "baile" característico.

LEÉ: Messi el más ovacionado por el público que también mimó a Di María y "Dibu" Martínez

Posteriormente, Lionel Messi fue "mimado" por la parcialidad más gruesa de la hinchada, donde la "Doce" marcó presencia, no sólo con algunas camisetas, sino también con las ovaciones que les brindó a Ángel Di María y a Leandro Paredes, un hijo de la casa.

Lo del astro argentino no es nada nuevo, pero en esta oportunidad recibió una distinción especial por parte del presidente de AFA, Claudio Tapia, y el vicepresidente de Boca, Juan Román Riquelme, quienes reconocieron su octavo Balón de Oro.

"Que de la mano, de Leo Messi, todos la vuelta vamos a dar", fue el hit elegido por el público que se ilusiona con volver a gritar campeón en la Copa América del próximo año y también en hacer cambiar de parecer al futbolista de Inter Miami para que dispute la Copa del Mundo de 2026.

Aunque el apoyo fue total para los jugadores, en el campo de juego al equipo de Lionel Scaloni le costó ante una dura Uruguay que en la primera etapa se impuso tácticamente ante la atenta mirada del estratega Marcelo Bielsa.

Pese a las incomodidades futbolísticas y el baldazo de agua helada que significó el tanto de Ronald Araujo para aventajar a la visita y cortar la racha sin recibir goles de Dibu Martínez, el público -que contó de fondo con los bombos de La 12-, entonaron "vamos, vamos Selección" y alentaron al arquero que quedó desbastado.

Para el complemento, el nerviosismo se trasladó a las tribunas: los seguidores de la "Scaloneta" murmuraron en las "pifias" del mediocampo y el desconcierto defensivo, sin embargo, la atmosfera cambió cuando apareció en escena Ángel Di María, quien recibió un mimo por parte de la gente en lo que sería su último partido en el país como jugador nacional.

Aunque Argentina no pudo torcer la historia, todo estuvo orientado a destacar el valor de lo celeste y blanca, unido a la pasión que despierta Boca como club y La Bombonera como recinto para recibir a un partido de este tipo.

Incluso, la presencia de Diego Armando Maradona en distintas camisetas junto a la banderas y el el enorme telón que desplegaron, le dieron un condimento especial a la noche en La Boca.

Por su parte, los uruguayos vivieron su noche feliz en la tercera bandeja, si bien no lograron destacarse ante el aliento argentino, gozaron del triunfo y celebraron quitarle invicto por Eliminatorias al campeón del mundo.