Jugó en el ascenso de Argentina, entrenó con Paolo Guerrero y es Director de una Fundación
Ariel "Polaco" Horonoz es el protagonista de una historia increíble en la que el fútbol "es un estilo de vida y enseñanza" que lo llevó a vivir cosas inimaginables.
Ariel Horonoz, ex jugador de fútbol, tuvo una destacada trayectoria en el ascenso de Argentina, hizo inferiores con Gabriel Hauche, la vida lo llevó a entrenar con el peruano Paolo Guerrero y en la actualidad es director de la Fundación Piru Tarragona en la que utiliza el deporte como una herramienta para salvar a los niños de la situación de calle.
El talentoso ex volante de 36 años, conocido en el ascenso como "Polaco" vistió las camisetas de Claypole, Cañuelas, Lugano, Yupanqui y San Martín de Burzaco en primera, pero sus inicios en el fútbol los dio en Temperley, club en el que compartió plantel con el actual delantero de Racing Gabriel Hauche, de quien asegura "tener contacto hasta el día de hoy" y fue compañero de Mauro "Pitu" Cejas que llegó a atajar en Newell´s.
Durante su formación como jugador, paso del Gasolero a Brown de Adrogué, pero por circunstancias de la vida debió abandonar el fútbol ya que sus padres no podían "continuar bancando" y tuvo que elegir entre "estudiar o trabajar". Fiel a su estilo, el volante enganchó y siguió al frente, acción que lo llevó a tener su primer trabajo en la Serenisima.
Alejado del fútbol por poco más de un año, el destino le tendría guardado una revancha personal en el deporte que tanto lo apasiona: "Yo trabajaba en la Serenísima, y un día en un partido del trabajo me vio un jefe, se me acercó y me comentó que tenía un amigo dirigente en Claypole. Era el destino, el martes ya estaba entrenando en el club".
Claypole que en la actualidad milita en la Primera C -tras lograr el ascenso en 2021 después de 23 años-, en aquel entonces transitaba la Primera D y la demanda de resultados era alta, ya que la entidad Tambera es considerada como una de las grandes del ascenso.
"Fue difícil al comienzo, venía de un año parado y de golpe era dirigido por el máximo ídolo del club -Roberto "Negro" Agüero figura del ascenso del club en 1997- quien me catalogó como la ´promesa de Claypole´. En el momento no tomas dimensión, pero después pensás en las cosas, tiene una hincha muy grande y exigente".
Durante su estadía, peleó un reducido para ascender con el equipo y con un traspaso trunco a Ituzaingó (militaba en la Primera B Metropolitana), del cual se enteró mucho tiempo después, continuó su carrera en Yupanqui para luego llevar su fútbol a Cañuelas -disputó la Copa Argentina y Marcelo Tinelli tiene su camiseta-, y posteriormente desembarcó en Atlético Lugano.
Dejé el fútbol para enfocarme de lleno en los proyectos que tenía con la Fundación", aseguró "el Pola" en exclusiva con NA"Cuando estaba retirado, surgió la posibilidad de volver y si bien sabía que el club estaba destruido, lo que venía a futuro, reconstruir el club era motivador. Costo muchísimo y fueron momentos muy duros en los que peleamos la desafiliación, pero hoy ves como esta el club y te da alivio", agregó.
"Mi tío luchó muchos años para que el municipio le habilite este proyecto, toda la vida trabajo junto a su esposa (Sofía Horonoz - Directora del Hogar Sueños de Amor en Claypole) con los chicos en situación de calle. Finalmente llegó la habilitación en 2005 pero un mes después de su muerte. Fue muy triste. Todo quedó estancado", explicó.
Una década más tarde, él decidió tomar las riendas del sueño trunco de Tarragona y con la aprobación de su tía que le brindó su apoyo y lo motivó a seguir sus deseos, el ex mediocampista renunció a su trabajo en la Serenísima y con el dinero que obtuvo de indemnización construyó el archivo en una realidad.
"Él armó el proyecto, yo era joven e iba a ser su asistente, pero el falleció. Un día lo hablé con su mujer (Sofía) y le expliqué que mi sueño era seguirlo pero que iba a dejar mi trabajo, y ella me dijo que si era mi sueño que lo siga", explicó.
"No fue fácil, tenía que ser fuerte por la situación que pasábamos en Claypole, a veces llegaba a casa y lloraba y al rato tenía que estar bien para tratar con los chicos y la gente, pero hoy miro atrás y todo valió la pena", destacó.
La Fundación "Piru" Tarragona se encuentra ubicada en la localidad de Claypole a escasos metros de la estación del ferrocarril, cuenta con dos canchas de césped sintético, gimnasio Además, el espacio esta a disposición de los chicos del Hogar, quienes pueden desarrollar sus actividades y suelen realizarse eventos caritativos."En la fundación tenemos la escuelita de fútbol, acá se toman todos los chicos, tratamos de darles las herramientas para poder crecer, pero esas herramientas son el respeto, la educación y los valores. Hoy Argentina tiene un gran déficit en la educación y eso repercute en todo, mi tío nos enseñó que con respeto se construyen las cosas y acá pregono lo mismo, cuando los chicos no hacen caso, tratos de transmitirles si a ellos les gustaría que no los escuchen y ahí hacen las cosas de otra manera", remarcó sobre su ideología de trabajo.
"Cuando le doy indicaciones a los chicos, siento que mi tío esta conmigo. Fue un gran maestro, mi gran profesor, pero no solo del fútbol sino de la vida, él me enseño a perder, a aceptar la derrota para aprender a ganar. Hoy el fútbol pasa todo por ganar y te enseñan eso. Pero primero tenés que saber perder, para poder crecer y construir, sino las cosas no salen, hoy todo es muy esporádico", agregó en la misma línea.
La pandemia por el Covid-19 fue una traba a nivel mundial y la Fundación tampoco estuvo exenta de atravesarlo, la misma cerró ese día a día con los más jóvenes, pero esto no le puso un freno a la labor en conjunto con el Hogar. "Son pocos niños los que se suman en la actualidad a la fundación por todo lo que paso, pero seguimos un trabajo articulado con la psicóloga para que los chicos que no están asistiendo, tengan contención. Nosotros también consultamos con la profesional para intercambiar ideas y tener asesoramiento".
Si de trabajar con valores se trata, el "Pola" que utiliza el fútbol "como una filosofía de vida y de enseñanza", siempre porto el número 10 en los clubes que jugó ya que era el diferente, el que mejor trataba la pelota -como dicen en los tablones los más ancianos-, esa misma redonda, le guardó un capitulo más, una vez que se alejó de las canchas: sin saberlo, el destino una vez más, le permitió entrenarse con Paolo Guerrero, destacado delantero de la Selección de Perú, que hoy se desempeña en el Avaí Futebol Clube de Brasil.
"Fue una locura hermosa, yo era un jugador de la Primera D entrenando con un delantero consagrado mundialmente. Fue muy lindo todo, siempre fue muy respetuoso y nos hizo conocer su lado humilde. El tenía un baño de humildad, era un jugador de selección y trataba a todos por igual", afirmó con emoción el ex futbolista.
Pero no todo fue entrenamientos, Guerrero emocionalmente atravesó una las situaciones más complejas en en el fútbol y ahí fue cuando Horonoz tuvo un acercamiento inolvidable: "Hablé mucho con él, lo alenté en su momento más duro. Él es muy creyente, entonces le hablé de Dios y la palabra. Después terminó jugando el Mundial 2018 y la Copa América 2019".
"Entrenamos durante un mes en una casa que le dieron en Canning. Me puse muy contento y festeje cuando se levantó su sanción porque no merecía pasar por eso y al final se hizo justicia. Le mande un mensaje antes de la final de la Copa América 2019 (perdieron 3-1 con Brasil, él hizo el único gol de Perú), eran unas palabras motivadoras. Fue minutos antes del partido y me respondió, ahí mostró aún más su grandeza y humildad, estaba prácticamente por saltar al campo y me estaba respondiendo", recordó.
Por último, Horonoz que se destacó por su talento dentro de las canchas y por su calidad fuera de las mismas, contó que tiene un recuerdo del atacante que supo militar en el Bayern Munich: "Me regaló una pelota, la cual no la tengo más porque nos entraron a robar en la Fundación y se la llevaron. Pero si tengo una camiseta, no la uso porque me queda gigante, pero es un gran recuerdo, solo podía usarla de facha, ja".