En medio de un clima de incertidumbre política por las elecciones y una situación económica al rojo vivo, Independiente logró algo de oxígeno al llegar a un acuerdo con Boca por la deuda de Pablo Pérez, Sebastián Palacios y Juan Sánchez Miño.

La entidad de Avellaneda le debe al Xeneize la suma de 667 mil dólares por las incorporaciones de estos tres futbolistas que ya no están en el club y deberá abonarlo en un plan de pago de 10 cuotas de 52 mil dólares.

Al monto total se descuentan alrededor de 140 mil dólares que la entidad de la Ribera no le abonó a Independiente tras incorporar Nicolás Figal a principios de año y que corresponden al mecanismo de solidaridad, ya que el defensor se formó y debutó profesionalmente en el club de Avellaneda.

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Pérez jugó en Independiente entre 2019 y 2020 un total de 35 partidos en los que convirtió cuatro goles y no ganó títulos. Palacios, en cambio, tuvo dos periodos. El primero entre 2019 y 2020, y regresó en 2021, en los que acumuló 51 presentaciones y anotó seis tantos.

Por último, Sánchez Miño llegó en 2016 y se marchó en 2020 acumulando 122 partidos y tres goles, pero a comparación de los mencionados, tuvo un paso exitoso ya que obtuvo la Copa Sudamericana en 2017 y la Copa Suruga Bank en 2018 de la mano de Ariel Holan.

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De este modo, Independiente logró tener un poco de oxígeno para sus arcas, ya que en estos últimos días quedó inhibido por parte de FIFA ya que deberá abonarle 1.5 millones de dólares al uruguayo Gastón Silva, quien vistió la camiseta entre 2017 y 2020.

Además, es casi un hecho que las próximas semanas caiga una nueva inhibición por otra deuda que Independiente tiene con el América de México y que corresponde a la incorporación de Cecilio Domínguez, quien llegó en 2019 a cambio de 6.200.000 dólares por el 70 de la ficha en lo que fue el pase más caro de la historia del club.