Un 6 de septiembre de 1972, el neerlandés Johan Cruyff, jugando para el Ajax de Países Bajos, visitó Argentina para enfrentarse a Independiente en el marco del partido de ida de la Copa Intercontinental, la cual la disputaban el ganador de la Champions League y la Copa Libertadores.

El astro de, en ese entonces, 25 años llegó al país tras realizar dos goles en la final de la Champions League ante el Inter de Italia y, a su vez, se quedó con el Balón de Oro en 1971. Por el lado del equipo argentino, venía de consagrarse en el continente ante Universitario de Perú.

El recibimiento de la hinchada del “Rojo” a los jugadores europeos fue pasar toda la noche en las afueras del hotel a puro bombo y platillo, por lo que “Los Judíos” tuvieron que tomar pastillas para poder dormir.

El equipo proveniente de Ámsterdam fue la base de la “Naranja Mecánica”, la cual era la Selección de Países Bajos que quedó subcampeón del Mundial de Alemania 1974 perdiendo ante el local en un partido que quedó en la historia debido a su sistema de juego.

Por parte del equipo de Avellaneda, conducidos por Roberto Ferreiro, salieron a la cancha con: Miguel Santoro; Miguel López, Alejandro Semenewicz, Francisco Sá, Ricardo Pavoni; Eduardo Magglioni, José Pastoriza, Miguel Raimondo; Eduardo Commisso, Dante Mircoli y Agustín Balbuena.

Si bien solo jugó 23 minutos, Cruyff realizó un gol tempranero -exactamente a los 6 minutos- previa a la falta a López, que marcó el rubo del partido: “Reconozco, le hice falta al defensor, pero a Pelé tampoco se las cobran”, declaró posteriormente el jugador.

Ante el enojo, Independiente comenzó a jugar de una forma más brusca y Mircoli fue quién le entró fuertemente a la estrella del Ajax: “Estaba sobre el sector izquierdo y viene uno y me la roba. Cuando está por pasar, le tiro la patada para que no se escape. Le pegué fuerte, sí. Pero no sabía que era él. Para mí era uno que me quería robar la pelota. Eso éramos nosotros: la pelota era nuestra vida", había sentenciado el exjugador del “Rojo” para Clarín.

El médico de “Los Judíos” determinó que, mínimamente, el jugador nacido en Ámsterdam sufría de un esguince. Por lo que Cruyff, enojado, se fue al banco de suplentes y se prendió un cigarrillo.

A falta de 10 minutos de finalizar el encuentro, y aprovechando que al equipo neerlandés le faltaba su jugador estrella, “Pancho” Sá pegó un derechazo desde fuera del área que se clavó en el ángulo izquierdo del arco de Heinz Stuy, para empatar el encuentro.

Este empate no le sirvió a los dirigidos por Roberto Ferreiro, ya que, en la vuelta en Países Bajos, cayeron por 3-0 con goles del centrocampista Johan Neeskens y un doblete del extremo Johnny Rep. De esta manera, el “Rojo” no pudo conquistar el título.

Así fue la única vez que “El Flaco” pisó tierras argentinas, ya que, para la Copa del Mundo realizada en el país en 1978, se cree que el delantero no viajó a disputar la competencia por la dictadura militar.