17 de Agosto hizo historia al consagrarse campeón del Torneo de Primera División de Futsal tras vencer a Pinocho en una final épica. Pero detrás de este logro, las historias personales también marcan el pulso de una campaña inolvidable y una de ellas es la de Pablo Méndez, jugador que superó un accidente de moto para poder estar presente en la final y cumplir su sueño de levantar el trofeo.

Antes de enfrentar a Pinocho en el segundo partido de la serie, Méndez sufrió un accidente de moto cerca del club Alvear donde se disputaba el encuentro, cuando una reja de una obra en construcción cayó sobre él. A pesar de los golpes y cortes que sufrió, el joven jugador no dudó en presentarse al encuentro decisivo: “Fue casi llegando al club, a una cuadra. No tuve tiempo de esquivar la reja y quedé atrapado ahí. Por suerte, solo fueron golpes y cortes, nada grave”, relató en diálogo con Noticias Argentinas.

Cuando llegó al club, las dudas sobre su participación se hicieron presentes, especialmente entre el cuerpo técnico. Sin embargo, la determinación de Méndez fue inquebrantable: “En mi cabeza estaba jugar, aunque sentía dolor y ardor. Ya tenía la adrenalina al 100% y no hacía falta entrar en calor. Mis compañeros y el cuerpo técnico me apoyaron muchísimo, y eso fue clave para estar en la cancha”.

Pablo Méndez con la copa y la mano vendada producto del accidente previo a la final.
Fotografía: Agencia Noticias Argentinas / @phangi.silva

En cuanto al partido, Méndez destacó el esfuerzo colectivo que permitió a 17 de Agosto superar las adversidades de la temporada y consagrarse campeón. El equipo mostró solidez en todas las instancias del torneo y fue contundente en la final, cerrando la serie con una victoria por 4-1 en el Club Alvear: “Este título significa muchísimo para mí. Empecé a jugar hace cuatro años en 17 de Agosto, y pasar de ser uno más a cumplir este sueño es algo inexplicable. Es un logro del club, del equipo y de los hinchas que siempre estuvieron”, expresó.

La historia de Méndez no solo refleja la pasión y el sacrificio que exige el futsal, sino también el impacto emocional de un título como este: “Después del partido, sentí todo junto: el dolor, el ardor, pero también la alegría de haber logrado algo tan importante. Fui al médico al día siguiente, y por suerte no hubo lesiones graves”.

Con este campeonato, Méndez también se permite soñar en grande. El joven mira hacia el futuro con la selección argentina como objetivo: “Está en mis sueños poder estar ahí. Ojalá, Dios quiera, se dé. También creo que muchos de mis compañeros merecen esa oportunidad”.

Por último, Méndez dejó un mensaje para los hinchas que acompañaron al equipo durante todo el torneo: “Gracias por bancarnos en las buenas y en las malas. Este título también es de ellos. Espero que lo hayan disfrutado y que quede en la historia del club como algo único”.

La consagración de 17 de Agosto no solo rompió con la hegemonía de gigantes como Pinocho, sino que marcó el inicio de una nueva era en el futsal argentino. Y en ese camino, historias como la de Pablo Méndez reflejan el sacrificio y la pasión que alimentan este deporte.