La selección de Dinamarca tuvo su momento de gloria en la Eurocopa de Suecia 1992, certamen que no clasificó pero, por la Guerra de los Balcanes en Yugoslavia, terminó siendo invitado y se consagró campeón dando un batacazo que quedó en la historia del fútbol. 

Los inicios de la década del 90 fueron tiempos álgidos en la geopolítica de Europa y del mundo. Dos meses antes del comienzo de la década, precisamente el 9 de noviembre de 1989, la población alemana derribó el muro de Berlín y consumó un hecho que marcó un antes y un después en la historia del mundo actual. 

La caída de dicho paredón era un golpe al mentón para la Unión Soviética que, de a poco, empezaba a desintegrarse con nuevos Estados que empezaban a surgir, pacifica o bélicamente, como Checoslovaquia, la propia Alemania que se unificó y en Yugoslavia estallaba la ‘Guerra de los Balcanes’ en 1991. 

Justamente, este conflicto bélico en suelo yugoslavo hizo que los altos mandos de la UEFA tomen la determinación de descalificar a los balcánicos de la Eurocopa que se iba a disputar en Suecia en 1992. Esto significó un cimbronazo para el certamen ya que Yugoslavia era un equipo poderoso en Europa y venía de hacer una gran Copa del Mundo en Italia 1990, quedando afuera con Argentina en cuartos de final. 

El 31 de mayo de 1992, a diez días del arranque de la competición, el ente madre del fútbol europeo tomó la determinación de que Dinamarca, que no había clasificado a la Eurocopa ya que salió segundo en las Eliminatorias detrás de Yugoslavia, sea quien ocupe el lugar de los balcánicos.  

Así, el entrenador Richard Möller Nielsen debió hacer retornar a todos sus seleccionados para participar del certamen continental y el único que se negó, debido a sus problemas personales con el director técnico, fue la figura Michael Laudrup. Aun así, su hermano Brian dio el presente en la competición. 

Tras debutar el 11 de junio en Malmo con un empate ante Inglaterra, el equipo danés fue de menor a mayor en el certamen. Perdió con el anfitrión Suecia por la mínima en Estocolmo y sorprendió a todos ganándole 2-1 a Francia en el último encuentro del Grupo A, clasificándose a la próxima fase como segundo detrás del equipo local. 

Por aquel entonces, la Eurocopa la jugaban ocho equipos divididos en dos grupos de cuatro y los dos primeros de cada uno accedía a las semifinales. A Dinamarca le tocó una parada bravísima ante el vigente campeón del certamen, Países Bajos, con figuras como Ruud Gullit, Dennis Bergkamp, Frank Rijkaard, Marco Van Basten y Ronald Koeman. 

El equipo de Nielsen empezó ganando el partido a los cinco minutos con el gol de Henrik Larsen mientras que Bergkamp lo empató a los 23. Diez minutos después, Larsen volvió a poner en ventaja a Dinamarca y Rijkaard puso el 2-2 definitivo a falta de dos minutos para el final del encuentro e ir a los tiros desde el punto de penal donde, por el lado del equipo escandinavo, todos convirtieron pero Van Basten, una de las estrellas mundiales del momento, erró su oportunidad para Países Bajos siendo suficiente para que los daneses avancen a la gran final. 

En el partido definitorio, a Dinamarca le tocaría otro partido durísimo: Alemania, el vigente campeón del mundo en 1990 que había eliminado a Suecia por 3-2 en las semifinales. A los 18 minutos del encuentro en Gotemburgo, Jhon Faxe Jensen marcó el primer gol para los de Nielsen que empezaban a sellar el 26 de junio de 1992 en el corazón de toda su hinchada. 

A falta de 12 minutos para el final, Kim Vilfort puso el 2-0 definitivo con el que Dinamarca gritó campeón por primera vez en su historia y se clasificó a la Copa Confederaciones 1995, certamen que también conquistó al ganarle 2-0 a Argentina en Arabia Saudita.