Con un clima netamente mundialista, como el partido se jugara en alguno de los estadios de Qatar, el público despidió a la Selección argentina con pasión y
ovaciones por doquier en "La Bombonera", que se vistió de fiesta en el duelo frente a Venezuela.

Como siempre sucede, todas las miradas se las llevó el capitán argentino Lionel Messi, incluso en la entrada en calor, y hasta tuvo tiempo de saludarse con Néstor Pekerman, el que lo hizo jugar su primer mundial en Alemania 2006.

Entre los que se llevaron los mayores aplausos -después de Messi- estuvieron Rodrigo De Paul, Leandro Paredes y Angel Di María, quien estuvo en el banco de suplentes cuando se anunció la formación inicial.

Los típicos cánticos de "...el que no salta en un inglés...", o "volveremos...volveremos...", tiñeron la noche de La Boca con una clima bien mundialista, como si el público le inyectara esa sensación a un equipo que lleva 29 partidos invictos en la era Scaloni.

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Incluso también el entrenador se llevó su reconocimiento, como cuando salió para el segundo tiempo, lo hizo solo cruzando todo el campo de juego, y la gente lo aplaudió y ovacionó.

El gol de Nicolás González se festejó casi como si hubiera sido frente a un equipo europeo en la primera ronda de Qatar 2022, y en parte eso refleja un poco la identificación del equipo con la gente. 

 La bandera y los colores de Argentina estuvieron por encima de los clubes, más allá que desde el lugar en donde se ubica tradicionalmente "La 12" cantaron que "...esta noche, alientan los bosteros...".

El estadio boquense lució con un marco espectacular, con una sensación de que le queda bien al equipo argentino, más allá que este fue el único partido en toda la eliminatoria que hizo las veces de local.

El público hasta se regodeó con lo que ofreció el equipo y entonó el típico "ole...ole"...con una seguidilla de toques del equipo, al que aplaudió en más de una ocasión durante el partido.

"....soy argentino...es un sentimiento...no puedo parar...", se fue cantando la gente luego del segundo gol del equipo de Scaloni con una preciosa definición de Di María.