El integrante del cuerpo técnico de la Argentina subcampeona del mundo en Brasil 2014 Claudio Gugnali recordó a Alejandro Sabella, entrenador de aquel equipo, a quien describió como "un tipo humilde, sincero, con una ética enorme y que trabajaba como el mejor".

"Por suerte cada tanto lo sueño y eso me acerca a él. Dicen que cuando uno sueña con una persona que no está, se acerca. Así que quiere decir que cada tanto me viene a visitar", manifestó Gugnali en una entrevista con Noticias Argentinas.

Y relató: "Fuimos a la cancha de Boca hace algunos días, subimos las escaleras, que él me contaba que el padre lo llevaba a subirlas cuando era muy chico. Cuando íbamos con la Selección, siempre se acordaba. Y así lo soñé… Cada tanto viene, la verdad que se lo extraña muchísimo".

En esa línea, el entrenador señaló: "Me quedó mucho por compartir, era un maestro y no solo del fútbol. Era un tipo humilde, sincero, con una ética enorme y que trabajaba como el mejor".

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En cuanto a la Copa del Mundo de Brasil, consideró: "Representamos al país, se armó un buen vínculo entre el cuerpo técnico y los jugadores, Sabella era muy querible, se armó un microclima con la gente. Cuando volvimos, no podíamos llegar al predio de AFA, fuimos recibidos como verdaderos embajadores. Es increíble cómo pasa el tiempo, ya pasaron ocho años, pero mantengo la misma sensación. Si cualquiera de la que erramos hubiera entrado, tendríamos la Copa en la Argentina".

Además de la final del Mundial 2014, Gugnali recordó el duelo decisivo de Estudiantes de La Plata frente al Barcelona de España en el Mundial de Clubes de 2009.

"La estrategia que planteó con Barcelona en Abu Dabi fue magistral, nunca vi minimizar tanto una diferencia tan grande como había. Ese Barcelona era el mejor del mundo y de los mejores de todas las épocas y, sin embargo, la cabeza de Sabella ya sabía desde el avión cómo iba a ser el partido. Estábamos en el banco cuando iban 20 minutos y le dije: 'Vos ya lo habías visto'. Se dio todo como pensaba él", dijo.

Por último, expresó: "Increíblemente ese equipo, que era un placer verlo jugar, terminó con Piqué de nueve. Fuimos muy buenos representantes del país y eso mismo después lo trasladamos a la Selección, porque la gente aprendió a quererlo a Sabella. No hay secretos, no necesitás tanto gps, tanto videoanálisis. Necesitás cordura, hablar fácil en lugar de prepararte para hablar difícil, y la pureza de la persona. Eso no te lo da ningún curso, eso va en tu conducta, en tu educación y crianza".

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