El 15 de agosto de 1981, San Lorenzo se convirtió en el primer equipo denominado "grande" de la Argentina en descender a la Segunda División, luego de perder por 1 a 0 ante Argentinos Juniors en el estadio de Ferro, en un encuentro que contó con un penal atajado y otro convertido que pudieron haber cambiado la historia.

El conjunto azulgrana se fue a la Primera B por primera vez en el profesionalismo en una dramática última fecha, que tuvo ocho cotejos disputados en forma simultánea. Los hinchas llenaron las tribunas para ver al San Lorenzo de Juan Carlos Lorenzo, al que le servía el empate pero terminó perdiendo por 1 a 0 por un tanto de Carlos Salinas, de penal, en el primer tiempo, luego de que el arquero uruguayo Mario Alles le atajara un remate desde los doce pasos a Eduardo Delgado.

Pese a la caída deportiva, el público del elenco azulgrana se bancó estoico, sin incidentes, lo sucedido y, bajo el título "Epílogo ejemplar", las crónicas de la época describieron que, con lágrimas en los ojos, los hinchas de San Lorenzo se marcharon a sus casas en una interminable caravana desde la tribuna.

"Ahora más que nunca tendrá que seguir alentando esa gran hinchada a esta prestigiosa institución. Es el momento de estar más cerca que nunca. ¿Por qué puse a juveniles en los últimos partidos? Porque los de más experiencia no estaban en condiciones físicas", dijo el "Toto" Lorenzo.

Y agregó: "No me interesa que haya gente que goce con mi caída, es una circunstancia del trabajo y de un año que vino mal barajado. En el análisis general, merecimos ganar. El árbitro fue el culpable de nuestro descenso al no sancionar el adelantamiento de Alles en la pena máxima".

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Ese día, San Lorenzo formó con César Mendoza; Sergio Villar, Hugo Verdecchia, Orlando Ruiz y Rubén Glaría; Marcelo Milano (Daniel Godoy), Osvaldo Rinaldi y Ruben Insua -actual DT del equipo de Boedo-; Eduardo Delgado, Walter Perazzo y José Luis Ceballos (Armando Quinteros).

Argentinos, por su parte, alineó a Mario Alles; Carlos Carrizo, Christian Angeletti, Ricardo Franceschini, Carlos Olarán; Carlos Vidal, José Luis Zuttión, Pedro Magallanes; Pedro Pasculli, Carlos Salinas y Carlos Randazzo (Eduardo Rotondi).

Como pidió Lorenzo, la hinchada azulgrana acompañó pese al duro momento y generó una etapa sin precedentes: la tragedia futbolística no fue motivo suficiente para alejar a los cuervos de su equipo, como tampoco alcanzó la ausencia de estadio propio luego de la pérdida del mítico Gasómetro de Avenida La Plata.

Tras un buen comienzo con victorias sobre Gimnasia, Defensores de Belgrano, All Boys, Almirante Brown y Atlanta en las canchas de Vélez y Ferro, que quedaban chicas ante la multitud que apoyaba al conjunto de Boedo, la siguiente fecha -contra Tigre- se disputó en el Monumental el 13 de marzo de 1982. Esa jornada, más de 75 mil personas dijeron presente en el estadio de River con una recaudación récord para el fútbol argentino.

"Se acabaron las entradas, estadios no quedan más, vamo’ hablar con Figueredo (Presidente de Brasil) que nos dé el Maracaná", cantaban los hinchas de San Lorenzo.

El partido terminó 1 a 1 pero el resultado ya es anecdótico. Esa epopeya de la gente del "Ciclón" marcó el camino nuevamente hacia la Primera División con el ascenso que se consumó el 6 de noviembre de 1982, con un triunfo por 1 a 0 sobre El Porvenir.

Otra vez un penal marcó la historia de San Lorenzo: un joven "Gallego" Insua tomó la pelota y rompió el cero para devolver a su equipo a la máxima categoría en la cancha del "Fortín".