Por Gisela Asmundo

Licenciada en Historia del Arte

"Sansón y Dalila", la obra de Peter Paul Rubens, fue originalmente encargada por Nicolaas II Rockox, alcalde de Amberes, Bélgica, para su Casa Rockox. Además de ser un mecenas, Rockox era un amigo íntimo de Rubens.

Se exhibe en la National Gallery de Londres desde 1980 y data de aproximadamente del año 1609 al 1610.

La pintura luego de limpiarse y restaurarse fue el tema de exhibición en la serie "Adquisición en Foco".

Existen dos copias preliminares de la misma, un dibujo a tinta y aguada sobre papel, y un boceto al óleo sobre tabla de madera. El boceto al óleo se encuentra actualmente en exhibición en el Museo de Arte de Cincinnati, mientras que el boceto a tinta está en una colección privada en Amsterdam.

La técnica de la pintura de Rubens siempre ha sido de una emocionada atención y admiración.

La magnitud de la producción, en número, escala y calidad de sus pinturas demandaron una combinación de rapidez y habilidades; su técnica era tal que sus obras nos han llegado en su mayor parte con la superficie de la pintura y los colores maravillosamente conservados.

El barniz descolorido que se eliminó de los mismos pasajes de Sansón y Dalila, por ejemplo, el empaste de la llama de la vela y los mechones del cabello de Sansón parecen haber conservado el brillo y la frescura de la pintura al óleo recién aplicada.

Los componentes de la pintura se posan sobre un panel soporte de madera al igual que otros cuadros y bocetos de paneles de Rubens en los que se ha identificado la madera. El panel de Sansón y Dalila de la National Gallery es de roble, como en la tradición de la pintura de los primeros neerlandeses. Los fabricantes de paneles de Amberes, que también fabricaban marcos, formaban una sección separada del gremio de pintores de La Guilda de San Lucas.

Los paneles de Rubens a veces llevan la marca grabada o tallada del marcador del panel, un ejemplo en la Galería Nacional es el retrato de Susanna Lunden.

La construcción del panel es bastante sencilla en comparación con otras de Rubens. Por ejemplo, los paisajes de la National Gallery tienen sucesivas franjas de madera agregadas a los cuatro bordes del panel, aparentemente para permitir al artista ampliar la composición pictórica en varias etapas.

Para Sansón y Dalila, la forma de composición ya se estableció primero en el dibujo preliminar y luego en el boceto al óleo, por lo que no se habría requerido tal modificación en el tamaño o la forma.

Aproximación a la obra Sansón y Dalila:

"El amor es el anhelo de la mitad de nosotros mismos que hemos perdido". Milan Kundera, La insoportable levedad del Ser.

Rubens pintó uno de los cuadros más eróticos de todo el arte barroco, una representación absolutamente tangible del agotamiento poscoital.

La historia de Sansón y Dalila se cuenta en El Libro de los Jueces, ella era una mujer del valle de Soreq, él era un israelita famoso por su gran fuerza.

Los filisteos enemigos tradicionales de los israelitas le prometieron a Dalila dinero, 1,100 ciclos de plata para descubrir el secreto de la fuerza de Sansón.

Al principio se contuvo de confesarle su secreto, evadió una y otra vez las preguntas sutiles llenas de malicioso encanto.

Dalila: -"¿Cómo puedes decir te amo cuando no confías en mí? Esta es la tercera vez que me engañas y no me cuentas el secreto de tu gran fuerza "

Pero luego de una noche de intenso amor bíblico... Sansón no pudo resistir más.

Fue entonces cuando Dalila descubrió que el secreto de la fuerza era su crecido cabello.

Por el abatimiento y el jadeo del cansancio del soñoliento israelita, los filisteos ingresaron al aposento para capturarlo, luego de que el barbero ejecutara el corte.

Si pienso en la caída del pobre Sansón, no se porque viene a mi mente la rara palabra "concupiscencia", que en la teología cristiana significa sentir deseos o exceso del mismo, no gratos a Dios. La etimología del término refiere a la propensión natural de los seres humanos a mantener relaciones carnales, y a partir de ahí a obrar indebidamente, como consecuencia del pecado original...

Cuando uno observa al Sansón de Rubens, agotado por todo ese sexo sudoroso tirado allí en el regazo de Dalila, siente pena por la traición.

Es tan dócil su fortaleza que deja caer su brazo pesadamente, su mejilla se apoya sobre el dorsal de su mano derecha y la misma sobre el regazo de ella que lo observa en actitud casi maternal, la mano izquierda pareciera contenerlo, mientras el barbero corta su pelo.

Todo en la obra son guiños e insinuaciones, por ejemplo el peluquero filisteo, que está cortando el cabello de Sansón tiene las manos cruzadas, simbolizando el engaño. Si uno se acerca más detalladamente podrá ver en la hornacina detrás de Dalila que contiene una estatua de Venus, la diosa del amor, y su hijo, Cupido; este último se encuentra de espaldas despojado del carcaj y la flecha, su boca está vendada, en lugar de sus ojos; esta representación puede aludir a la causa del destino de Sansón y la herramienta de las acciones de Dalila.

Sansón perdió esa noche su fuerza más que nada por confesar, por brindar conocimiento, es decir el conocimiento de su propia e íntima naturaleza.

Esta obra pictórica de Rubens es una imagen tan emocionante que el artista no solo le dio vida a la Biblia, sino que "la prendió fuego".

Basta con observar las sedosas fulguraciones del rojo intenso del ropaje de Dalila, un rojo que resalta tanto como un labial de ese mismo color en los labios de una mujer, o permitirnos entrar y fluir en ese espacio lleno de luz dorada tan típica de uno de los mayores maestros del erotismo del siglo XVII.

Esta atmósfera difuminada, cálida y dorada envuelve los personajes y el fondo, contribuyendo a crear la sensación de una suave sensualidad. Esta espléndida expresión de goce de Rubens me recuerda en cierta medida al maestro Tiziano, Rubens es brillante, Tiziano es brillante, por ende se denota la influencia de este último. Cuando Rubens viajó a Italia absorbió en su mente y espíritu los colores de la maravillosa Escuela Veneciana, entre tantas cosas.

Rubens a menudo explotó la luminosidad del fondo de tiza solo ligeramente modificado por el lavado de imprimatura gris o marrón, para dar luz a las áreas del cuadro finamente vidriadas y a la pintura de la carne.

Las pinturas de Rubens sobre tabla a menudo parecen tener y haber conservado una frescura y brillo de tonos que a veces faltan en sus lienzos; es por el soporte de madera que esa atmósfera dorada de sus cuadros es de un esplendor sublime.

La obra fue limpiada e investigada por la National Gallery en 1983.

Destaca por la pintura magistral y elaborada de los cortinajes y por la ausencia de pigmentos azules. Los mismos casi no juegan ningún papel en la imagen. De hecho, la única área considerable de lo que podría describirse como azul, el tapado del hombre que le corta el pelo a Sansón, no contiene ningún pigmento azul real en absoluto, y algunos toques azulados en otros lugares, como en el patrón de la alfombra, se demostró en el examen microscópico que eran mezclas de carbón negro y color blanco.

Rubens empleó laca carmín (de kermes, insecto parecido al pulgón, cuya hembra forma una sustancia colorante llamada grana.), para el rojo, amarillo plomo-estaño, bermellón y ocres, además de blanco plomo y negro carbón. También se encontró un pigmento de un lago de color carmesí oscuro mezclado con negro carbón, en las sombras más profundas de las franjas de cortinas púrpura cerca de la parte superior de la imagen.

Petrus Paulus Rubens:

"Cuento a Peter Paul Rubens entre las maravillas del mundo, un pintor versado en todas las disciplinas del conocimiento". Constantijn Huygens (diplomático holandés), siglo XVII

Rubens nació en Siegen, Westfalia en 1577 sus padres fueron Jan Rubens y Maria Pypelincks.

Su padre fue calvinista que junto a su madre huyeron de Amberes a Colonia en 1568, después de la agitación religiosa y la persecución de los protestantes durante el gobierno de los Habsburgo en los Países Bajos por parte del duque de Alba.

Rubens fue bautizado en Colonia en la iglesia de San Pedro.

Jan Rubens se convirtió en el asesor legal y amante de Anna de Sajonia, la segunda esposa de Guillermo I de Orange, y se instaló en su corte en Siegen en 1570, teniendo una hija con Anna, llamada Christine, que nació en 1571. Por el delito de adulterio con una monarca fue encarcelado y luego puesto en libertad.

La familia regresó a Colonia al año siguiente de la liberación de Jan Rubens. En 1589, dos años después de la muerte de su padre, P. Rubens se mudó con su madre Maria Pypelincks a Amberes, donde se crió como católico.

Algunos detractores lo han acusado de ser un tanto "sensiblero" porque su obra está plagada de representaciones de la virgen con el niño.

Teniendo en cuenta que su gestación se produjo después de que el padre fuera liberado y perdonado por su madre, gran parte de esta exaltación al culto femenino pudo estar asociada a una especie de "reverencia" maternal. Pero también a su ferviente religiosidad y a la necesidad de imágenes religiosas como política de la Contrarreforma cristiana, en palabras de Rubens "Mi pasión viene de los cielos, no de las cavilaciones terrenales".

Su primer trabajo, a la edad de trece años, fue como paje de la corte de una condesa. Era un puesto prestigioso para un joven, pero a Rubens le resultó asfixiante y comenzó a formarse como artista.

De 1591 a 1594 entró en el taller del maestro Adam van Noort, luego continuaría con Othon van Veen, que firmaba al estilo latino Venius.

Con veintiún años Rubens se emancipó y abrió su propio taller, luego de las expoliaciones iconoclastas del Luteranismo, la Iglesia y los conventos flamencos empezaron a ser reestructurados necesitando obras de pinturas y esculturas para sus decoraciones. Rubens era el indicado para ayudar a la iglesia en su hegemonía.

Tan pronto como terminó su formación, en 1600 partió hacia Italia para ver las grandes obras renacentistas y clásicas que conocía por copias. Durante ocho años, viajó y trabajó en España, copiando e incorporando las técnicas del Renacimiento y el arte clásico.

Realizó encargos para los Gonzaga de Mantua, pero también se movía plácidamente entre Mantua, Venecia, Milán y Génova, y fue gracias a servir a Vicenzo Gonzaga, realizó su primer viaje a Roma y España. A España fue con una embajada de los Gonzaga para FelipeIII, a quien llevó de obsequio copias de las grandes maestros italianos.

Fue precisamente por su cultura, encanto y maestría que fascinó al rey y a su poderoso ministro el duque de Lerma. Para el monarca realizó la obra Los Apóstoles, y le dedicó un retrato majestuoso ecuestre al duque, además de rehacer algunas copias deterioradas por el viaje.

Tras regresar a Mantua pintó para los Gonzaga La Trinidad adorada por la familia Gonzaga, un tríptico impresionante en donde pudo verter todo el conocimiento que tomó de Miguel Angel, Rafael, Tintoretto y Tiziano.

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Retrato ecuestre del duque de Lerma, 1603. Óleo sobre lienzo, 290,5 x 207,5 cm.

En 1608 llegó la noticia de que su madre se estaba muriendo, regresó de inmediato a Amberes, pero cuando llegó, ella ya había muerto. Una vez en su lugar Rubens decidió permanecer allí. Su reputación era muy elevada, y en 1609, a la edad de treinta y tres años, fue nombrado pintor de la corte de los gobernantes de los Países Bajos, el archiduque Alberto y su esposa Isabel.

Un año después se casó con Isabel Brandt, hija de una abogado humanista. Tuvo un matrimonio feliz y armonioso del que nacieron dos hijos, Albert y Nicolaas.

Rubens ahora podía permitirse comprar una gran casa en una zona elegante de Amberes. Construyó un gran estudio para acomodar a sus alumnos y asistentes, grandes artistas como Jan Bruegel de Velours, Frans Snyders y Anton van Dick.

El principal negocio de Rubens eran los retablos, especialmente adecuados para un artista que disfrutaba trabajando a gran escala. Fue un hombre diligente y disciplinado, se levantaba a las cuatro de la mañana todos los días y trabajaba hasta las cinco de la tarde antes de salir a montar para mantenerse en forma. Mientras pintaba, quería que alguien le leyera una obra de literatura clásica. Fue un gran coleccionista de esculturas, monedas y curiosidades como una momia egipcia.

En 1618, su talento se reveló en toda su madurez con su obra cumbre El Rapto de las Hijas de Leucipo. También realizó obras formidables como la serie de las Cacerías, el Combate de Amazonas, y la decoración de la iglesia de los Jesuitas de Amberes, destruida en un incendio en 1718. La obra que se conserva intacta es la realizada a Maria de Medicis para el Palacio de Luxemburgo, veintiún telas que narran la vida de la reina de Francia.

Desde 1622 hasta 1625, la obra de Rubens pasó por una explosión de inspiración y productividad en solo trece días realizó la gigante Adoración de los Magos para la Sint Michaelskek de Amberes, alcanzando el apogeo de su arte.

Pero la vida lo iba a golpear duro con la muerte de su esposa Isabel, en 1626. Con la necesidad de escapar y alejarse del dolor aceptó un encargo diplomático en Londres, como mediador de los archiduques entre Francia, España e Inglaterra, que ese entonces estaban en plena Guerra de los Treinta Años. Pero llegado a Londres se vio precedido por la alianza entre Richelieu y España contra Inglaterra. Por lo tanto tuvo que regresar a Madrid, donde reinaba Felipe IV y donde el pintor de corte era el artista entre los artistas, Diego Velázquez. Su permanecía en España fue desde 1628 a 1629, disfrutando de los triunfos como artista y complacido por el afecto que le otorgaban. Para esa época va a realizar copias de Tiziano, pero en 1630 decidió regresar a Amberes renunciando a su vida diplomática. En el mes de diciembre contrajo nuevamente matrimonio con la jovencita Hélène Fourment, hija de un rico comerciante de tapices. Tuvieron cinco hijos y un matrimonio pleno a pesar de las diferencias de edades.

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Retrato de Helena Fourment saliendo del baño (La pequeña piel) de 1638.

De su segunda esposa también realizó una serie de retratos, existe uno particularmente especial, de Helena Fourment saliendo del baño (La pequeña piel) de 1638.

En esta obra Helena se recubre con una piel mostrando y ocultando a la vez sus atributos femeninos. Lo que resulta llamativo es que no es un imagen idealizada, como la figura de una Venus. En este retrato aflora por encima del pintor, el hombre enamorado de su mujer, el que le rinde tributo tal cual es; por eso es una pintura muy sensual y se podría decir también intima. En la pintura podemos observar el vientre de una mujer que ya ha sido madre, sus rodillas revelan la flacidez de la piel, y la forma de los dedos del pie derecho, Rubens ya los ha retratados de la misma forma en otras obras.

En los últimos años de su vida vivirá en al casa que compró a su primera esposa, donde pintó un serie de paisajes encantadores, plenos de magia.

Pero también le irán disminuyendo los encargos, puesto que Rubens sufría de gota. En 1638 la gota le afectó ambas manos, ya no podía sostener el pincel. En enero de 1640 sufrió un ataque severo, en abril de ese mismo año el artista hizo su testamento y pocos días más tarde el 30 de mayo falleció.

Rubens se define como la felicidad de pintar, eso se observa en la vivacidad de sus pinturas, en sus luces, en la creación de dioses mitológicos diferentes, a veces graciosos y otras grotescos, en su pasión por la voluptuosidad femenina, el amor por las mujeres sin idealizar, la interpretación de la magia de lo natural.

La influencia de Rubens para la pintura francesa fue muy importante, desde el día que los propios artistas franceses vieron las paredes del Palais du Luxembourg, todos descienden de este padre, tanto Watteau como Boucher, y Boucher como Chardin.

En Géricault, la obra del maestro esta en la base de su pintura animalista, y en los cuerpos desnudos, poderosos y perentorios.

Para Delacroix representó la fuerza y la capacidad de un arte sin limites:

"Su principal cualidad consiste en el empuje prodigioso, es decir, en la prodigiosa vitalidad. Tiziano y el Verones son llanos junto a él" escribíó en su diario.

Algunas obras de Rubens

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Dos Sátiros de Peter Paul Rubens. Oleo, 1608, 76 x 66 cm. Museo Alte Pinakothek (Munich, Germany)

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Paisaje a la luz de la luna, National Gallery

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