El cuarto recital de Queen en la Argentina estaba previsto para el jueves 5 de marzo en Córdoba. Pero, para lamento de miles de cordobeses que hoy rondan los 60 años, la banda británica nunca pisó el suelo de La Docta.

El empresario cordobés Miguel Srur había acordado con el productor Alfredo Capalbo que el grupo liderado por Freddie Mercury haría la primera fecha de la gira argentina en la provincia mediterránea.

Sin embargo, un problema económico, del que aún se quejan los empresarios, frustró la iniciativa.

La razón económica que dejó a Córdoba sin recital de Queen

Srur, fallecido en 2011 y quien se destacó más tarde como presidente de Talleres de Córdoba, informó el 7 de febrero, poco antes de la llegada de la banda, que no se haría el recital porque "los gastos determinarían pérdidas" y detalló a qué se refería.

"Los impuestos son el 6 por ciento municipal; 1,6 por ciento Ingresos Brutos; 12 por ciento SADAIC, 4 por ciento UADAV (Unión Argentina de Artistas de Variedades), 9 por ciento alquiler del estadio Córdoba y 20 por ciento IVA. Todos estos impuestos totalizan sobre el monto total de la operación para traer al grupo musical un 52,6 por ciento, a lo que habría que agregar el chachet de los artistas, seguro de espectáculo, alojamiento, pasajes, publicidad y gastos varios", precisó a Srur a través de un comunicado de prensa.

En el texto difundido, el empresario graficó que "aun cuando se vendiera cada localidad a 60.000 pesos y se lograra un lleno en el estadio el show daría pérdida".

La cancelación de Córdoba no fue el único problema que la economía argentina le generó a Queen, ya que la presión impositiva también se hizo sentir en la recaudación de los recitales que sí se llevaron a cabo.

"SADAIC se hizo millonaria con Queen. Cobraron el 12 por ciento de cada recital. Jim Beach se volvió loco, porque decía que si cobraban eso por los derechos de los artistas, al instante se los tenían que devolver a los propios artistas. Para él era inentendible. Fuimos a una reunión con la gente de SADAIC, pero no hubo caso", explicó Javier "Coqui" Capalbo a NA.

Incluso, la cámara AADI-CAPIF, que cobra por la difusión pública de música fonograbada, enjuició a Alfredo Capalbo. ¿La razón? Afirmaban que los coros de "Bohemian Rhapsody" que sonaron en los recitales eran los grabados en el disco "A Night at the Opera".

"Era un negocio del que todos se querían colgar", definió el hijo del legendario productor.