Integrantes de las Fuerzas Armadas y científicos de la Base Marambio fueron testigos de un hecho sin precedentes en la Antártida: un grupo de ocho bailarines de la Compañía Nacional de Danza Contemporánea y del Ballet Folklórico Nacional ofreció un espectáculo de danza con el maravilloso paisaje blanco de fondo.

El objetivo del programa Cultura es Soberanía, organizado por los Ministerios de Defensa y Cultura, fue "construir identidad a través de la soberanía territorial con el arte como herramienta de construcción colectiva, reafirmando nuestra soberanía y acercando a cada compatriota distintas propuestas culturales y artísticas".

LEER MÁS: Microcentro Cuenta, una muestra colectiva que busca recuperar una zona golpeada por la pandemia

En un lugar en el que las temperaturas pueden llegar a los 60 grados bajo cero y donde se trabaja los 365 días del año el grupo de bailarines conformado por Hernán Nocioni, Soledad Diz, Romina Fabretti, Cristian Alexis Ledesma; Bettina Quintá, Victoria Hidalgo, Ernesto Chacón Oribe y Pablo Fermani agitaron sus pañuelos e iniciaron el espectáculo con un ritual a la Pachamama, una apacheta.

Inspirados en los conceptos de soberanía, territorio, comunidad y cultura, la coreografía recorrió ritmos andinos, malambo, zamba y chacarera, que incluyó la Baguala, interpretada por Soledad Diz.

También presentaron Islas de Fuego, oratorio sureño, de los hermanos Fernando y Gabriel Lerman, una obra musical que relata la rebelión del Gaucho Rivero en las Islas Malvinas.

"Pensamos estas actividades como parte de una política pública de largo alcance. En la Antártida queremos trabajar con los imaginarios antárticos, con lo que se siente y cómo se construyen las identidades, lo argentino en este continente. Porque pensamos la cultura de forma amplia le da sentido a la construcción de la soberanía y, por ende, de la patria", explicó Federico Prieto, Secretario de Gestión Cultural.

La comitiva del Ministerio de Cultura partió desde El Palomar el lunes 30 de enero y llegó a la Base Marambio el miércoles 1° de febrero. En la Base, que se encuentra a 210 metros de altura en un lugar inhóspito, viven, durante la temporada de verano, 115 personas y su trabajo es asegurar la logística y brindar apoyo a las actividades científicas y técnicas nacionales y extranjeras que se realizan en el continente antártico.