Es imposible que las tres formas geométricas superpuestas que conforman el Monumento al Escape no llamen la atención hasta del más distraído. Ubicada en el Parque de la Memoria, uno de los espacios verdes más atractivos de la ciudad de Buenos Aires, a orillas del Río de la Plata, la obra se suma con un diseño artístico novedoso a la interminable búsqueda de verdad y justicia.

Tres formas geométricas que aluden a los centros clandestinos de detención son reconfiguradas por el artista para que, en lugar de connotar encierro, expresen libertad. Así, las formas arquitectónicas se liberan de la función que les fue impuesta (operar como prisión) y se transforman en formas artísticas que carecen de función específica pero que inspiran múltiples significados”, detalla el Parque de la Memoria sobre la obra del artista estadounidense, Dennis Oppenheim.

El proyecto Parque de la Memoria surgió por iniciativa de diez organismos de Derechos Humanos. Lo presentaron a los legisladores de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires el 10 de diciembre de 1997 y el 21 de julio de 1998 se convirtió en ley. La norma dispuso la construcción del Parque y del Monumento a las Víctimas del Terrorismo de Estado, que fue diseñado por el Estudio Baudizzone-Lestard-Varas y los arquitectos asociados Claudio Ferrari y Daniel Becker.

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La de Oppenheim, realizada en acero y vidrio laminado, entre otros materiales, fue de las primeras obras que se emplazaron en ese sitio y luego llegaron varias más, como las Torres de la Memoria de Norberto Gómez, que constituyen un patrimonio cultural en línea con un reclamo que sintetiza la larga lucha de Madres, Abuelas y otros organismos de DDHH.

Oppenheim (1938-2011) era oriundo de la ciudad estadounidense de Mason City, en el estado de Washington, y fue uno de los pioneros del Land art. Desde mediados de la década del sesenta trató de valerse del paisaje como material y, según sus propias palabras, de introducirse en la superficie de la tierra. A partir de los setenta comenzó a incursionar en el arte corporal, las performances, en las que la fotografía, el vídeo y el texto figuran como materiales destacados. Con el tiempo comenzó a destacarse con la escultura en espacios públicos mediante intervenciones artísticas que buscaban modificar el entorno natural, algo que llevó a emplazar obras en distintas partes del mundo.

En una breve biografía del artista, el Parque de la Memoria sostiene que las obras de Oppenheim, especialmente a partir de la década de los noventa, se caracterizaron por proponer la articulación de elementos contrapuestos e incluso contradictorios, quizás una metáfora solapada de la conflictiva naturaleza de la psique contemporánea”. Y esto último explica por qué tres formas geométricas, que representan centros clandestinos de detención, en su superposición y con las puertas abiertas, terminan generando una sensación de libertad que estimula la memoria y combate el olvido.