Faltaban algunos minutos para las 10 de la mañana del jueves 21 de abril de 2016, cuando un llamado al 911 de Mineápolis, Estados Unidos, dio alerta sobre la condición crítica en la que se encontraba Prince, uno de los músicos más grandes de todos los tiempo. Meron Berkure, su asistente personal y Kirk Johnson, su íntimo amigo ingresaron a la mansión de Paisley Park y se toparon con una imagen que nunca hubieran querido ver: el cuerpo del autor de "Purple Rain" yacía en el ascensor hacía varias horas y, al darse cuenta de que no reaccionaba. Los paramédicos llegaron rápidamente al lugar y le practicaron maniobras de reanimación que no surtieron efecto y a las 10.07, se declaró la muerte del artista y se inició la investigación sobre las causas de su deceso.

La noticia recorrió el mundo en cuestión de minutos y provocó estupor entre sus fanáticos, quienes no podían creer que la vida del cantante de 57 años había llegado a su fin. Los análisis forenses confirmaron que había sufrido una sobredosis de Fentanilo, un opiáceo cincuenta veces más fuerte que la heroína, que el artista tomaba para calmar los dolores que sufría desde 2010, cuando fue operado de una necrosis en una de sus caderas.

Venía de unas semanas complicadas por sus problemas de salud. A tal punto, que había decidido posponer dos conciertos de su gira Piano & A Microphone Tour que iba a dar a principios de mes en Atlanta, donde finalmente se presentó el 14 de abril. Pero estaba a la vista que su estado no era óptimo, había sufrido una fuerte gripe y una neumonía de la que no se había podido recuperar por completo y luego del concierto, se descompensó en el avión que lo llevaba de regreso a su hogar. La versión oficial fue que había sufrido un "cuadro de deshidratación".

Sin embargo, después se supo que ese día había sufrido la primera sobredosis de calmantes, por el que el tuvieron que hacer un aterrizaje de emergencia en el aeropuerto de Moline, Illinois, para estabilizarlo. Prince quería seguir su vida con total normalidad, pero alertados por su adicción a los fármacos, varias personas de su entorno recurrieron al doctor Howard Kornfeld para buscar ayuda, pero el cantante nunca llegó la cita del 22 de abril.

En casi cuarenta años de carrera, Prince Rogers Nelson -así era su verdadero nombre- se consagró como uno de los músicos más revolucionarios, provocadores y talentosos de los últimos años. Imposible de encasillar, se caracterizó por un sonido ecléctico en el que ha fusionado infinidad de géneros, como rock & roll, pop, soul, funk y jazz.

Autodidacta, aprendió a tocar el piano con solo siete años y al poco tiempo, se animó a componer sus primeras canciones. Ya con 17 años debutó en la escena musical como guitarrista de la banda 94 East. Luego siguió su camino creando maquetas musicales para empresas discográficas hasta que en 1978 lanzó "For you", su primer disco de estudio, para el que no solo compuso todas las canciones, sino que se encargó de tocar todos los instrumentos. Ese álbum vendió más de 150 mil copias.

Rápidamente se convirtió en un joven prodigio del ambiente artístico y luego de realizar una gira por Estados Unidos en 1980, su álbum "Prince" se convirtió en disco de platino. Lejos de relajarse, en cada proyecto el cantautor redoblaba la apuesta y sorprendía no solo desde el lado musical, sino por el contenido de sus canciones, en las que hablaba sin tapujo de sexo. 

Con "1999", el disco que editó en 1982, su música se volvió más popular, con éxitos como "Little Red Corvette". Pero nada se comparara con la explosión que tuvo dos años más tarde con "Purple Rain", uno de sus proyectos más destacados, con el que presentó una película homónima y fue catapultado a la fama internacional como el nuevo "rey del pop", a la altura de grandes referentes como Michael Jackson y Madonna.

Y su carrera siguió en ascenso. En 1989 compuso la banda de sonida de "Batman", con la que volvió a encabezar los rankings musicales. También se lució con sus discos "Symbol" (1992), "The Hits/The B-Sides" (1993), "Come" (1994), "The Gold Experience" (1995), "Chaos and Disorder" (1996), "Emancipation" (1996) y "The Rainbow Children" (2001).

En más de una oportunidad cambió de pseudónimo, ya que a raíz de su enfrentamiento con la discográfica Warner no podía usar el nombre "Prince" y decidió hacerse llamar por un símbolo que era prácticamente imposible de reproducir, "The Love Symbol" y "El artista antes conocido como 'Prince'". Pero su arte resistió todos estos cambios, que con el paso del tiempo se volvieron anecdóticos.

En 2004, ingresó al Salón de la Fama del Rock and Roll y fue elegido por la revista Rolling Stone como uno de los 100 artistas más influyentes del mundo.

Nunca paró de componer música ni de grabar discos. Sin embargo, los últimos no tuvieron tantas repercusiones como los de su época dorada. En 2018, salió a la venta "Piano & Microphone 1983", su primer álbum póstumo; en 2019, "Originals", y en julio se este año se lanzará "Welcome 2 America". Y a cinco años de su muerte, sus creaciones no dejan de sorprender a los amantes de la música".