Por Fabián Ruocco (*)

Es difícil asociar la pandemia de Covid-19 a algún tipo de suceso positivo.

No obstante, es innegable su influencia directa en el proceso de aceleración digital que ha cambiado el paradigma de negocios, en prácticamente todas las empresas y sectores productivos del planeta.

Abundan las cifras que confirman este acelerado proceso, aunque las más decidoras están relacionadas al aumento progresivo de las conexiones y los usuarios activos de internet.

Un informe de Cisco pronosticó que para 2023 se alcanzarán más de 5.300 millones de usuarios de internet, equivalente a 66% de la población. Junto con ello, habrá 29.300 millones de dispositivos conectados, y más de 14.700 millones de conexiones.

En Argentina las Unidades de Vinculación Tecnológica (UVT) acompañan este proceso. Ofrecen herramientas concretas de colaboración para lograr una Administración Pública 4.0 que sea posible en el país post-pandemia.

Aunque la aceleración digital se caracteriza por la implementación de soluciones como la Realidad Virtual y Aumentada, Omnicanalidad, Automatización, Ciberseguridad, Inteligencia Artificial e Internet de las Cosas, no basta sólo con ellas para conseguir una ejecución exitosa.

También es necesario que cada organización adquiera una mentalidad digital, preparando a su fuerza laboral y colaboradores a migrar hacia un modelo donde el trabajo remoto y la hiperconectividad se transformarán en constantes.

Según la encuesta realizada conjuntamente por el CEDyAT, el CIPPEC y la UMET que analizó las condiciones de trabajo de la Alta Dirección Pública en el contexto del ASPO expresa la urgente necesidad de incrementar los procesos de capacitación y formación.

Se implementó entre el 2 de junio y el 2 de agosto de 2020, con 280 respuestas de directivos pertenecientes a 20 ministerios de la Administración Pública Nacional, la Jefatura de Gabinete y la Presidencia de la Nación.

Su objetivo fue analizar qué recursos -existentes y deseables- impactan sobre el trabajo remoto. Para esto, se analizaron cuatro dimensiones: infraestructura tecnológica, elementos normativos y reglamentarios, aspectos personales e individuales de los directivos y trabajadoras/es a cargo.

Un análisis más duro de la citada encuesta, resulta esencial que las áreas enfocadas en este proceso de transformación verifiquen si cuentan con los sistemas de infraestructura digital necesarios para satisfacer las demandas de almacenaje, gestión y análisis de los datos seguros que comenzarán a producir en mayor cantidad.

Algunos datos de ese trabajo evidencian lo siguiente:

* Cuando se analiza el uso de dispositivos para el trabajo remoto, los directivos se apoyan en teléfonos y computadoras propias. Menos de un 25% utiliza dispositivos que provee el Estado.

* Más de la mitad utiliza Zoom o Whatsapp para realizar reuniones virtuales con la modalidad de videoconferencia. Sin embargo, el 75% utiliza una cuenta gratuita o que paga de su bolsillo. Solo el 21% utiliza una cuenta oficial que paga el Estado.

* El espacio directivo se reparte en partes iguales entre quienes asisten presencialmente, de forma regular y eventual, a sus trabajos y quienes cumplen el aislamiento social preventivo y obligatorio (ASPO). Sin embargo, solo el 3% de los equipos de trabajo a su cargo asisten presencialmente y el resto se encuentra cumpliendo el ASPO, sin actividades o con régimen de licencia. Esto pone la carga de la gestión y la presencialidad sobre los directivos públicos.

* Casi la totalidad no encontró impedimentos para la realización de actos administrativos de su área ni tampoco limitaciones en el marco normativo para el desempeño de su función ejecutiva.

* En lo que respecta a la dimensión personal, el 95% de los encuestados manifiesta haber mantenido o aumentado su carga de trabajo. Dentro de estos, el 61% señala un aumento de la carga con la modalidad de trabajo remoto.

* Este cambio en la carga de trabajo se traduce en una modificación de la calidad de las tareas del equipo a cargo.

Solo para un 17% aumentó, mientras que para un 83% se mantuvo o se redujo.

* Esta reducción sustancial en la calidad es atribuida a (se aclaran en valores no acumulativos): a) Superposición de tareas laborales y tareas del hogar y cuidados de personas (45%); b) Condiciones desiguales de acceso a infraestructura tecnológica (42%); c) Condiciones familiares distintas (32%); y d) Características propias del trabajo a distancia (31%).

* Más de la mitad de los directivos desempeña tareas de cuidado en su hogar, en su mayoría de niños. Estas tareas de cuidado de personas (adultas o menores) ocupan en promedio una hora más que las tareas de mantenimiento del hogar. Aunque la diferencia no es sustantiva, ambas tareas insumen más tiempo a las mujeres.

* En relación a la dimensión trabajadores a cargo, se registra solo un 8% de alcance en las capacitaciones para el trabajo remoto de los integrantes de los equipos de trabajo.

Actualmente, además de la implementación de nuevas tecnologías, la transformación digital requiere que todos los eslabones de una organización adopten nuevas metodologías de trabajo, afines a este nuevo paradigma económico y productivo.

El CEDyAT es parte activa de este proceso junto a otras unidades de transformación digital de instituciones del sector tecnológico en el segmento de la economía del conocimiento. El gobierno tecnológico es más que simplemente hacer que el servicio gubernamental sea digital, es mejorar la gestión interna de la administración pública para otorgar un mejor servicio, facilitar el acceso a la información, asegurar la transparencia dentro de la gestión para aumentar la confianza pública y fortalecer la participación ciudadana.

Presentación de los resultados

Un Estado de calidad es una deuda histórica y el mejor legado que podemos dejar para el futuro es vencer la burocracia. La transformación digital es una de las propuestas centrales que integran el plan de gestión 4.0, que muchas organizaciones privadas y públicas se propusieron trabajar en la colaboración conjunta con ministerios, secretarías y organismos descentralizados para mejorar el funcionamiento del sector público en nuestro país.

Gracias a eso, muchas de las instituciones pueden seguir funcionando en estos tiempos de pandemia. La adecuada inversión realizada en digitalización radica en el retorno que da en términos de valor público. Tal cual lo demuestran los resultados de las inversiones realizadas en la última década que hoy brinda total soporte online a la ciudadanía cuando los funcionarios públicos trabajan desde sus hogares.

Desarrollar más y mejores UVTs, en el marco de la Ley 23.877, hace plausible evitar la 'fuga de cerebros' hacia economías con mejores prestaciones para la investigación aplicada, empobreciendo el campo local, lo cual la historia nos demuestra que esa situación impacta fuertemente en la desarticulación de equipos de trabajo, una menor circulación de la producción tecnológica dentro y fuera del país.

Acumulación de capacidades tecnológicas y especialización digitales abre un inmenso potencial de desarrollo que permite capitalizar las múltiples experiencias transitadas durante la pandemia para luego aplicarlas en la reactivación general. La necesidad de aprender de los casos exitosos para pasar de esa "acumulación" a sistemas dinámicos, de parques industriales a clústeres y redes es ineludible a los efectos de promocionar fuertemente la economía del conocimiento desde Argentina hacia el mundo.

Dado que la realidad nos presenta que la dinámica asociativa registrada en un conjunto de consorcios asociativos público- privados beneficiarios de subsidios junto a los procesos de coproducción de conocimiento tecnológicos requieren la conversión de los fondos en innovaciones de mercado y aportar elementos de prácticos sobre el diseño, su desenvolvimiento post pandemia y el modo de evaluación futura.

Los expertos de la UVT-CEDyAT abordan la relación existente entre cambio tecnológico y empleo en el actual contexto de acelerada -y frecuentemente incierta- transformación y penetración de nuevas tecnologías, considerando asimismo las potenciales tendencias de mediano plazo en la materia que serán el gran desafío del siglo.

Los destinatarios inmediatos del trabajo que realiza nuestra institución son las Organizaciones -Públicas y/o Privadas- que reciben la asistencia técnica de nuestros equipos. Pero el destinatario final de nuestra actividad es siempre la ciudadanía que recibe mejor atención y respuestas más rápidas a sus necesidades.

De esta manera, el acelerado proceso de digitalizar las dependencias de la administración pública brinda una reducción de costos de operación notable debido a la gestión automatizada, como lo vemos en medio de la pandemia por el Covid19, donde el flujo de información continuo y constante entre la administración y la población, genera mayor transparencia.

El Covid-19 ha facilitado en carne propia la importancia que el funcionariado actúe en consecuencia con las exigencias de los nuevos escenarios. Es decir, promover la digitalización de trámites y servicios gubernamentales para fomentar la innovación mediante la vinculación tecnológica con instituciones habilitadas por el Poder Ejecutivo Nacional.

En ese contexto, y en línea con la creciente aceptación de la idea de que el mundo del futuro tendrá que ver cada vez en mayor medida con la tecnología y la innovación, resultará oportuno impulsar la inclusión de este aspecto en las agendas estratégicas de concertación política y social a plantearse tras la pandemia. Lo importante es no demorar más.

(*) - Director ejecutivo UVT-CEDyAT (Centro de Desarrollo y Asistencia Tecnológica).