Así es el "motor imposible" que supera la gravedad terrestre
No debería existir, pero es una realidad. Un antiguo ingeniero de la NASA ha desarrollado un motor que teóricamente era inviable. Ahora lo tendrá que probar en el espacio
El mundo de la ciencia aeroespacial ha despegado notablemente ahora que se ha convertido en un verdadero negocio. Así, cada vez hay más startups espaciales en las que antiguos ingenieros de la NASA deciden hacer negocio por su cuenta con una idea en mente y todo el conocimiento que han almacenado en sus cabezas después del paso por la agencia.
Así han surgido ideas muy interesantes, a lo que hay que sumar la entrada de China al mercado internacional generando bastante competencia con sus nuevos cohetes reutilizables y sus extraños planes para crear un cañón ferroviario para lanzar sus misiones al espacio.
Sin embargo, ¿qué ocurriría si una de estas innovaciones prescindiera del combustible para sus cohetes? Eso es lo que pensó un exingeniero de la NASA que considera que la fuerza de la energía electrostática es suficiente para ir al espacio. De momento, ha logrado superar la gravedad terrestre sin problemas.
El motor imposible que podría ser una realidad
Charles Buhler es un exingeniero de la NASA que decidió ir por su cuenta y fundar su propia empresa: Exodus Propulsion Technologies. La idea que siempre le rondó la cabeza era la de desarrollar un motor electroestática experimental.
En teoría, un motor de este estilo desafía las leyes más básicas de la física, pero él creía que mediante una serie de diseños bastante interesantes podría contrarrestar la gravedad terrestre y alcanzar el espacio, logrando así algo que se suponía que era imposible. Así lo explicó Buhler en la conferencia dónde mostró sus progresos.
Para hacer realidad el plan de la recién nacida Exodus Propulsion Techonologies se rodeó de otros expertos con los que había trabajado en el pasado con la NASA y profesionales de otras empresas de cohetería, como es el caso de Blue Origin (la empresa espacial de Jeff Bezos) o de la más desconocida ExxonMobil. Durante veinte años, el equipo ha tratado de hacer que los propulsores electroestáticos se conviertan en una realidad. No ha sido un camino fácil, pero parece que ahora lo han logrado.
No fue hasta el año pasado cuando empezó a tener desarrollos realmente notables en la tecnología. Hasta ahora se habían encontrado con un muro de piedra que no les permitía lograrlo, pero probando distintos mecanismos de fuerza electrostática en máquinas de vacío han empezado a ver cómo estos pequeños propulsores eran capaces de vencer a la gravedad.
Lo verdaderamente notable de este tipo de tecnología es que no utiliza combustibles convencionales. La tecnología se ha centrado específicamente en hacer una gran fuerza hacia el suelo, para impulsar a los cohetes en la dirección contraria.
En este caso no es así, no utiliza ningún tipo de combustible, sino que los propios campos electrostáticos son los que hacen generar el empuje a partir de la electricidad que se forma en su interior. Así, logran un empuje equivalente a una gravedad terrestre completa por lo que surge así una fuerza capaz de propulsar el cohete por sí mismo sin necesidad de que medie ningún tipo de combustible.
En principio, lo ha logrado gracias a la supuesta asimetría en la presión electrostática que permite que se genera una gran fuerza sobre el objeto que incorpora, pudiendo lograr así una propulsión más eficiente de la que se había pensado hasta ahora para los cohetes espaciales.
Necesita una última gran prueba: El espacio
Por mucho que el motor de Exodus sea verdaderamente interesante, de momento no ha pasado de una fase de pruebas muy temprana, lo que hace sospechar que toda la tecnología pudiera caer en desuso si no termina de romper la barrera más importante: la espacial. Hasta el momento las pruebas que se han hecho en tierra han sido verdaderamente ambiciosas y han conseguido logros que hasta ahora no parecían tener rival.
Sin embargo, esta tecnología tiene críticos que consideran que es una suerte de investigación pseudocientífica. En los propios comentarios del vídeo dónde comparte sus progresos, la mayoría de usuarios señalan una problemática que les resulta evidente.
Y es que realmente es un motor de movimiento perpetuo como el que han prometido otros gurús de la tecnología en el pasado y que demostraron ser falsos con el paso del tiempo. Mientras tanto, otros han defendido que no es así y que el motor electrostático responde a un patrón científico que tiene bastante sentido.
Sea como fuere, todavía queda un interesante campo de pruebas por delante para dirimir si esta tecnología funciona o no. Habrá que esperar para ello a las primeras pruebas espaciales. Pero de momento en nuestro planeta funciona y de hecho hay otras empresas tratando de desarrollarlo.