La violencia psicológica es una de las formas de abuso emocional más recurrente especialmente en la vida de las niñas, mujeres y disidencias, que logra instalarse de manera silenciosa y que, en la gran mayoría de los casos, genera consecuencias irreparables.

A diferencia de la violencia que se ejerce de manera física o sexual –las más visible-, las víctimas suelen llegar al consultorio con dudas acerca de si verdaderamente están sufriendo violencia, a pesar de que no pueden dormir, sienten ansiedad, baja autoestima, temen salir a la calle, o hablar de sus miedos para no ser “vistos” como loco/as, entre otros de los síntomas más comunes.

Según las estadísticas, las niñas y las mujeres sufren violencia psicológica en un porcentaje significativamente mayor que los hombres: Según la ONU, 1 de cada 3 mujeres en el mundo sufre violencia de género (entre ellas, violencia psicológica) compartiendo el mapa de violencias con la que se ejerce de manera física y a sexual.

En el marco del Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, conmemorado en el día de ayer y con 16 días de activismo contra la violencia de género por delante de acuerdo a la propuesta mundial organizada por ONU Mujeres, la Secretaría para la Igualdad de Género del GCBA indicó que, durante el 2021, en la Ciudad de Buenos Aires, se recibieron 13393 denuncias por violencia de género: de ese total, 6957 fueron por violencia psicológica. Según el Mapa de Violencia de Género desarrollado por ese organismo, son la principal causa de denuncias.

Violencia psicológica: cuáles son los abusos más comunes y por qué afectan especialmente a las mujeres

“Entre las principales características que se repiten en la violencia psicológica, se encuentra la humillación, el sometimiento, las amenazas, el descrédito, la discriminación, la ridiculización y el aislamiento”, cuenta a NA la psicóloga Mara Fernández.

En relación al motivo de consulta, Fernández explica que “las personas que sufren de violencia psicológica suelen acudir a la consulta por dificultades para conciliar el sueño, trastornos alimentarios, depresión, ansiedad, dificultades para encontrar un sentido a su vida, y baja autoestima”.

Este tipo de comportamientos suele dejar secuelas psicológicas en sus víctimas que pueden manifestarse desde sintomatología de ansiedad y/o de depresión hasta un trastorno por estrés postraumático.

Violencia psicológica: una forma de violencia de género

La violencia de género se puede manifestar a través de distintas formas de abuso psicológico: desde minimizar las tareas que realiza la mujer en el hogar, descalificar las habilidades profesionales, hacer comentarios negativos sobre su cuerpo, imagen o vestimenta hasta el control sobre el dinero.

Entre los ejemplos más comunes que Fernández identifica en una pareja, desataca “insultos y críticas acerca de cómo se viste o cómo se peina la mujer; hacerla sentir “incapaz” para realizar las tareas de la casa y el cuidado de los hijos; apartarla de su grupo social de pertenecía; ejercer quejas constantes sobre su rol como mujer y su desempeño en lo sexual; e incluso obligar a tener relaciones sexuales contra su deseo es también violencia psicológica y de género”.

3 tipos principales de violencia psicológica

Según indica la Asociación no gubernamental española Fundación Mujeres, estos son los tres tipos de abusos y maltratos más comunes:

1. El maltrato psicológico: Pasivo y activo

El maltrato pasivo se identifica como una falta de atención hacia la víctima cuando ésta depende del agresor. El abandono emocional, se describe como una forma importante de maltrato pasivo, las quejas, llanos, peticiones, palabras de la víctima no reciben ningún tipo de atención ni consideración.

El maltrato activo, en cambio, se entiendo como el trato degradante continuado que ataca a la dignidad de la persona (insultos, burlas, vejaciones…). Los malos tratos emocionales son los más difíciles de detectar, porque la víctima muchas veces no llega a tomar conciencia de que lo es, o aunque tome conciencia de dicho problema, no se atreve o no puede defenderse y no llega a comunicar su situación o a pedir ayuda.

2. El acoso psicológico:

Es una forma de violencia que ejerce una persona con el objetivo de derrumbar y destruir moralmente a la víctima, por ejemplo, perseguirla con críticas, amenazarla, lanzar injurias sobre su persona de forma que socaven su seguridad y su autoestima. Muchas veces, la víctima no tiene conciencia de lo que está ocurriendo ni es capaz de verbalizarlo. Una de las estrategias del acosador es hacer que la víctima se crea culpable de la situación y, por supuesto, que así lo crean los posibles testigos.

Tiene dos formas: vertical y horizontal.

Acoso vertical. El acosador se halla en una posición de poder superior a la de su víctima, ya se trate de poder social, económico, laboral…
Acoso horizontal. El acosador se halla en la misma posición de poder que su víctima y se trata de un acoso entre iguales. Es una situación en que el acosador se vale de su fuerza física o moral para hostigar a otra persona de su mismo nivel jerárquico o social.

3. La manipulación mental:

Esta forma de violencia se produce cuando un individuo o grupo de individuos ejercen una toma de control del comportamiento de una persona o de un grupo, empleando para ello técnicas de persuasión o sugestión mental, en busca de eliminar capacidades críticas o de autocrítica de la persona. Un ejemplo de manipulación mental es el chantaje afectivo. Las tácticas de manipulación incluyen amenazas y críticas, que generan miedo, la culpa o vergüenza encaminados a movilizar a la víctima en la dirección que desea el manipulador.

 Violencia psicológica: la instancia previa a la violencia física

El daño emocional que el agresor provoca a través de repetidas amenazas, restricciones, descréditos y manipulaciones genera a corto o a largo plazo la disminución de la autoestima y el desarrollo personal de su víctima. Ese control que se ejerce en un primer momento a nivel psicológico, una gran mayoría de veces culmina en violencia física. Y esta, a su vez, en la forma más extrema de violencia de género: los femicidios.

En Argentina, hubo 229 femicidios en el 2022 

Según los números del Observatorio “Ahora Que Sí Nos Ven”, hubo un femicidio cada 34 horas en lo que va del año, precisamente entre el 1 de enero y el 23 de noviembre de 2022. El 61% fue cometido por las parejas y ex parejas de las víctimas. A su vez hubo 9 transfemicidios y travesticidios.

Identificar y actuar ante la violencia psicológica más habitual

Enumeramos los ejemplos de violencia psicológica mencionados en esta nota (y agregamos algunos mas):

  • Amenaza: genera miedo y coarta el accionar de la víctima. Algunas más graves están penadas por ley.
  • Chantaje: forma de control a través del miedo o la culpa.
  • Humillación: acciones denigrantes delante de seres queridos o desconocidos.
  • Monopolizar la toma de decisiones: no dejar que el otro también participe en la toma de decisiones sobre alguna cuestión: manejo de dinero, gestión del tiempo, trabajo...
  • Control: si el control es excesivo puede terminar convirtiéndose en una forma violenta de violencia psicológica.
  • Insultos: humillación.
  • Comparaciones descalificadoras: señalar defectos de forma permanente y comparar a la persona con otra puede convertirse en una forma de violencia psicológica.
  • Gritos: las discusiones son habituales en las relaciones, los gritos constantes no lo son y pueden considerarse violencia psicológica.
  • Control de la imagen: el control sobre la imagen realizado a través de humillaciones, coacciones, amenazas... se convierte en una forma de violencia psicológica.
  • Burlas: las burlas que sobrepasan la confianza y buscan dañar e humillar son una forma de violencia psicológica.
  • Moralización: asociado al chantaje y la humillación se relaciona con la muestra de superioridad moral de forma reiterada.
  • Crítica: reiteradas y constantes, dañinas, que no buscan ayudar sino destruir.
  • Negar las percepciones o sentimientos del otro: descalificar los sentimientos (de tristeza, de soledad, de alegría) de alguien de forma sistemática provoca una incapacidad para expresarse e incluso la desconfianza en el propio juicio.
  • Indiferencia: permanecer indiferente al otro en cualquier ambiente donde se comparten relaciones.
  • Acoso psicológico: es una forma deliberada de violencia psicológica que busca destruir la autoestima de la víctima