Una mujer que el jueves último se sometió a una intervención quirúrgica en el Sanatorio Güemes de la Ciudad de Buenos Aires denunció que fue violada mientras estaba bajo los efectos de la anestesia. El año pasado, otras pacientes relataron episodios similares.

Por el hecho fue detenido un camillero cuyo nombre se reservan las autoridades judiciales, en el marco de la causa por “abuso sexual doblemente agravado” investigada por el Juzgado Criminal y Correccional Nº19 a cargo de Diego Slopski.

“Hace aproximadamente un año que me están llegando denuncias de mujeres de distintas edades y características que no se conocen entre sí, pero todas relatan ciertas irregularidades con el anestesista y que cuando recobran el conocimiento tras una intervención quirúrgica, se encuentran con lesiones vaginales, anales, hematomas y un dolor terrible”, contó la abogada patrocinante Raquel Hermida Leyenda, abogada de las tres víctimas.

Desde el centro de salud emitieron un comunicado en el que expresaron que “lamentan profundamente lo sucedido” y aclararon que “están a disposición de la Justicia”. En cuanto al camillero detenido, explicaron que fue “desvinculado” inmediatamente del sanatorio.

En el último episodio, la víctima se despertó ensangrentada por un desgarro en su zona genital. La mujer, que había sido operada de una de sus rodillas, sigue internada en el sanatorio con custodia de la Policía Federal y está previsto que ratifique su denuncia.

Aparentemente, fue abusada también en una intervención quirúrgica anterior a la que se sometió en el mismo sanatorio, en noviembre del año pasado.

“Ella pasó por tres intervenciones a raíz de un accidente y ahora se da cuenta que de la segunda intervención salió de la misma manera (con lesiones)”, dijo la abogada.

Y agregó: “Lo llamativo del caso es que el abusador no sólo busca inconsciencia de las víctimas (para someterlas) sino que busca dañarlas y dado que los abusos se producen después de las intervenciones, el riesgo es mayor y se pone en juego el resultado de la cirugía”.

La abogada también explicó que se presume que los abusos serían cometidos “por una persona con mucha fuerza física o por dos personas”, dado el peso de los cuerpos en situación de inconsciencia y “en un lugar ubicado al costado del quirófano” donde las personas recién intervenidas recuperan de a poco la conciencia.

Las edades de las víctimas oscilan entre los 27 y 45 años y son de diferente contextura física, estrato social y aspecto.

En diciembre del año pasado se hizo pública la denuncia de una mujer de 27 años que aseguró haber sido abusada mientras estuvo inconsciente durante una operación de urgencia por cálculos biliares, tras la cual despertó con dolores y lesiones en los muslos y la entrepierna.

Según consta en la causa judicial, en base a los informes de los médicos legistas, la víctima contó haber sentido mareos durante el ingreso al quirófano y al despertar sintió molestias en su cuerpo pero no supo con certeza qué lo producía.

Una vez de regreso en su casa, el marido de la denunciante descubrió unas marcas extrañas en la entrepierna y en los glúteos de su esposa, por lo que llamaron al 911 y se realizó un operativo de rutina para estos casos.