En los últimos tres meses, los visitantes del zoo Bioparc de Valencia se encontraron con la conmovedora imagen de una chimpancé desconsolada, quien llevaba en brazos a su bebé muerto.

La chimpancé, llamada Natalia, perdió a su hijo cuando sólo tenía unos días. Desde entonces se aferró al cuerpo inerte y aparentemente está poco dispuesta a separarse.

"Es una conducta que está descrita en chimpancés, no sólo en zoológico, sino también en la naturaleza", dijo a Reuters Miguel Casares, director de Bioparc.

Al igual que los humanos, los chimpancés pueden llorar la muerte de sus cercanos, pero no es habitual que el proceso sea tan crudo, ni tan largo. No obstante, Casares afirma que debe respetarse, al igual que en los humanos.

"Nuestros visitantes, que en un primer momento se sienten bastante impactados por la visión de una cría muerta, en cuanto les explicamos por qué lo hemos dejado y por qué lo mantenemos en observación lo entienden", agregó.

Natalia ya había perdido una de sus crías en 2018, por lo que esta vez es vigilada de cerca.

Los chimpancés se encuentran entre los primates más amenazados de África, donde una población salvaje de entre 100.000 y 200.000 ejemplares sufre las consecuencias de la caza, la pérdida de hábitat y las enfermedades.