Tres peritajes aseguran que el policía que mató a Luciano Olivera disparó a distancia
La fiscal a cargo de la causa amplió la calificación contra el efectivo Maximiliano González, imputado en el hecho, tras la confirmación de que su arma no se accionó de manera accidental ni que disparó por sentir riesgo de ser atropellado.
Tres peritajes aseguran hasta el momento que el policía Maximiliano González, quien mató al adolescente Luciano Olivera en la localidad balnearia de Miramar,
disparó a distancia, por lo que la fiscal del caso agravó la acusación contra el detenido y lo citó nuevamente a declarar.
Los últimos peritajes recibidos por la fiscal Ana Caro, a cargo de la investigación, son el estudio balístico forense y la secuencia fáctica, los que determinaron que el arma de González no se accionó de manera accidental ni que disparó por sentir riesgo de ser atropellado.
Según trascendió, por el momento se descartó que el disparo se haya efectuado a "quemarropa", es decir a corta distancia, tal como lo dieron a entender los otros policías y como lo sugirió el mismo imputado. González nunca declaró ante la fiscal, ya que se negó a hacerlo en la única oportunidad en la que fue citado.
La pericia balística forense determinó que el proyectil procedió de una distancia no menor a 1 metro, mientras que la secuencia fáctica sitúa al tirador a por lo menos 5 metros de la víctima. Además, el análisis de la ropa del adolescente de 16 años, no muestra signo de deflagración, lo que indica que señal el arma estaba alejada de su cuerpo.
En tanto, y de acuerdo a las cámaras de seguridad del lugar, se observa al efectivo parapetarse a junto a la puerta trasera izquierda del patrullero y disparar cuando la motocicleta aún está bastante por delante del móvil.
Luego de recibir los informes de las pericias, la fiscal agravó la acusación contra González por alevosía y por el uso de arma, y lo citó nuevamente para que declare bajo la calificación para el próximo lunes a las 9.
La distancia de disparo también es relevante porque podría generar que los otros compañeros de González afronten cargos por falso testimonio, ya que aseguraron que el disparo había sido casi con el "menor encima".
Luciano Olivera fue asesinado de un disparo en el pecho durante la madrugada del viernes 10 de diciembre en el marco de un supuesto control policial. Según se pudo reconstruir en la causa, el joven regresaba a su casa en moto después de jugar al fútbol y de estar con sus amigos, cuando quisieron identificarlo en un operativo en cercanías de la plaza central de Miramar, el cual intentó evitar.