La Legislatura de Tierra del Fuego aprobó este miércoles por unanimidad una ley que prohíbe la cría de salmones en las aguas marinas y lagos de la provincia, y se convirtió así en el primer lugar en el mundo que veta esa actividad, considerada nociva para el medio ambiente.


El proyecto fue presentado por el diputado provincial Pablo Villegas, del Movimiento Popular Fueguino, y apoyado por organizaciones ambientalistas locales y nacionales.

“La sanción de esta ley es una clara y contundente definición institucional que destaca la importancia que tiene para los fueguinos, la protección y conservación de nuestros recursos naturales, del patrimonio genético de nuestros seres vivos y de su ambiente para un desarrollo económico sostenible”, resaltó Villegas.


La salmonicultura es la siembra y cosecha intensiva de salmónidos bajo condiciones controladas para fines comerciales.


En este tipo de producción, se engorda a los salmones en “jaulas flotantes” ubicadas normalmente en bahías y fiordos a lo largo de las costas, una técnica que se originó en Noruega a finales de 1960.


La cría intensiva de salmones en jaulas solamente es posible en un determinado tipo de ecosistema (frágil, prístino, de aguas frías y sumamente ricas en biodiversidad) lo cual generó en los últimos años una presión económica en los lugares donde su desarrollo es viable.


Entre las consecuencias de la salmonicultura, se encuentran las mortandades de salmones masivas, la intensificación de blooms de algas tóxicas (como la marea roja), la introducción de especies exóticas, la alteración de los ecosistemas y pérdida de fauna local, la generación de zonas "muertas" y el enmallamiento de mamíferos marinos.


En Argentina, el único lugar viable para este tipo de emprendimientos son las aguas del Canal Beagle en Tierra del Fuego, justamente donde se concentra el 50% de los bosques de macroalgas que existen en el país.


A lo largo de los años, las empresas salmoneras se han visto envueltas a nivel internacional en numerosos escándalos relacionados a los escapes, mortandades y el uso indebido de antibióticos, por lo que son muy resistidas por los ambientalistas.


Hasta el momento no había registro de legislaciones a nivel provincial o nacional en el mundo que protejan los ecosistemas de los daños de esta industria previo a comenzar con sus operaciones.


"Este suceso sienta un precedente histórico para el resto del país y el mundo. De esta manera, Tierra del Fuego evita el desastre ambiental que pudo haber provocado la salmonicultura en el Canal de Beagle", celebró Estefanía González, vocera de la campaña de océanos de Greenpeace.


En 2018, Argentina firmó un acuerdo con los reyes de Noruega -donde la salmonicultura es legal- para explorar la posibilidad de desarrollar la salmonicultura en el Canal de Beagle.


En ese momento, organizaciones ambientalistas denunciaron los peligros que implicaría el avance de esta actividad en el ecosistema y los impactos que tendría para las industrias locales.


A principios de 2019, se instalaron jaulas salmoneras en Puerto Williams, del lado chileno del canal de Beagle, lo que impulsó a crear un movimiento binacional en rechazo de la industria y a la vez prestigiosos chefs se sumaron a la causa.


En mayo de ese mismo año, y debido a la presión ciudadana y al trabajo de la comunidad indígena Yagán, se declararon ilegales las jaulas en Puerto Williams y se ordenó que fueran retiradas.

"Estos logros demuestran que, cuando todos nos unimos por una causa común, podemos alcanzar grandes resultados. Hoy, Ushuaia está protegida de una industria nociva que ha generado graves daños a los fiordos chilenos y ha impactado seriamente en las comunidades locales durante décadas. Finalmente, podemos gritar fuerte Beagle sin salmoneras”, dijo la vocera.


Desde Greenpeace sostuvieron que el proyecto aprobado hoy en la Legislatura fueguina es un paso importante hacia la protección de los ecosistemas del país y que debe impulsarse la ampliación de medidas de preservación hacia el mar Argentino, que apunten a poner un freno a la exploración petrolera y la pesca intensiva.