Los trabajadores de la textil llevan cinco meses sin trabajar y la situación no parece mejorar. Tras firmar un nuevo acuerdo por 60 días hasta fines de junio, en el que percibirán el 75% del sueldo neto, el panorama sigue siendo desalentador.

La empresa atraviesa un momento crítico, con la venta de tela a cuentagotas y la producción completamente paralizada. A pesar de la difícil situación, los trabajadores han logrado evitar despidos gracias a un acuerdo de paz social, pero algunos han optado por el retiro voluntario ante la falta de perspectivas.

El delegado Walter Hernández se muestra preocupado por el futuro de la empresa y del sector textil en general. Aunque la intención de la empresa es seguir operando en la provincia, la realidad es que la situación no da para mucho optimismo.

Los trabajadores solo pueden esperar que la situación mejore y que puedan volver a trabajar pronto. Mientras tanto, se ven obligados a afrontar una dura realidad económica con un ingreso considerablemente menor al habitual.

La historia de Textil Río Grande es un reflejo de la difícil situación que atraviesa el sector textil en Argentina. La falta de ventas, la competencia desleal y la crisis económica en general han llevado a muchas empresas al borde del colapso.

Es necesario que las autoridades tomen medidas para apoyar al sector textil y evitar que más trabajadores se queden sin empleo. La industria textil es una fuente importante de trabajo y riqueza para el país, y no se puede permitir que desaparezca.

En este contexto, la incertidumbre es la que reina entre los trabajadores de Textil Río Grande. No saben qué les deparará el futuro, pero no pierden la esperanza de volver a trabajar y tener una vida digna.