Seis de cada diez amantes argentinos terminan siendo buenos amigos
Una infidelidad puede terminar en una gran amistad, o al menos así lo sostienen más de la mitad de los encuestados.
Una infidelidad puede terminar en una gran amistad, o al menos así lo sostienen seis de cada diez argentinos involucrados en esa situación que fueron consultados en una encuesta en la que confesaron que terminaron por convertirse en grandes amigos de sus amantes.
Los infieles argentinos creen que la amistad surge a partir de los seis meses de "trampa" y muchos creen que con los amantes tienen más cosas en común que con sus parejas oficiales.
También un 70 por ciento de los encuestados admitieron que revelan a sus amantes secretos que no pueden compartir con otras personas.
Los datos surgen a partir de una encuesta realizada por el sitio de encuentros extraconyugales Gleeden entre 8.155 de sus usuarios.
Si bien la mayoría de los encuestados incurrieron en la mezcla de la infidelidad con la amistad, un 25 por ciento manifestó sus dudas al respecto y afirmó que esa situación puede generar confusiones, mientras que el 19 por ciento fue contundente y consideró que "la trampa" sólo tiene que estar relacionada con cuestiones sexuales.
Más de la mitad de los encuestados admitió que confía más en su amante que en su pareja, mientras que el 70 por ciento dijo que le reveló a esa persona secretos que no había dilucidado ante familiares o amigos cercanos.
En cuanto a los secretos que los infieles argentinos confiesan a sus amantes, el 68 por ciento señaló a los que tienen que ver con lo sexual y las fantasías que no revelan a sus parejas.
En tanto, el 30 por ciento de los encuestados mencionó aspectos de la vida diaria, del trabajo, la relación con la pareja estable o de índole familiar.
Silvia Rubies, directora de Gleeden para España y Latinoamérica, sostuvo que "con la cuarentena, los argentinos se encontraron en una situación atípica, donde la posibilidad de tener encuentros en bares o albergues transitorios quedó limitada, lo que generó, por un lado, que los amantes busquen otras maneras de verse y, por el otro, que aumente el tiempo de conexión en aplicaciones" especializadas.
"El encierro generó que las aplicaciones sean una forma de desahogarse de los conflictos cotidianos. Se convirtió en una forma de hablar, de conocerse más y generar confianza, por lo que no es sorpresa que gran parte de los usuarios hayan terminado siendo muy buenos amigos además de amantes", añadió.