Revés para el secretario de Culto: 6 de cada 10 argentinos están a favor del divorcio
Las parejas se casan mucho menos y se juntan más a convivir. Crecieron algo los divorcios, pero lo más llamativo es la proporción de los que se pronuncian a favor.
La ley del divorcio cumplió ya 35 años y las sucesivas reformas al Código Civil el año pasado y el capítulo dedicado en la ley ómnibus simplificaron de tal modo el trámite de disolución vincular, que ni siquiera exige el consentimiento previo de ambos cónyuges.
Las controversias, en todo caso, pueden suscitarse en la división patrimonial y en la fijación de cuotas alimentarias, pero en general la disposición a terminar una relación se volvió más usual entre las partes.
Según los últimos datos disponibles, el porcentaje de personas casadas bajó del 43% al 27%; y subieron el de las unidas (del 14% al 26%), el de solteras (28% a 32%) y el de separadas/divorciadas (6% al 8%).
El número anual de matrimonios en Argentina mostró notorias fluctuaciones a lo largo de la década de 2010, aunque se mantuvo consistentemente por encima de los 118.000 enlaces.
Esta tendencia cambió en 2020, cuando apenas 47.860 parejas contrajeron nupcias.
Dejando de lado esta considerable disminución -probablemente atribuible a la pandemia de COVID-19-, el año con el menor registro de matrimonios fue 2021, con un total de 113.664 de formalizaciones en el país.
Incluyen a los matrimonios entre personas del mismo sexo que desde 2010 son legales en Argentina.
Declaraciones oficiales contra el divorcio
Tanta facilidad para deshacer un contrato conyugal, sin embargo, fue puesta en tela de juicio por el secretario de Culto, Francisco Sánchez, que depende de la canciller Diana Mondino, al declarar en el festival de Vox en España.
Aseguró que los hijos de parejas separadas formalmente tienen más problemas de ansiedad y peor rendimiento en la escuela.
“Muchos sectores en la década del 80 decían las consecuencias graves del divorcio y las vimos reflejadas en cuántas cuestiones, que fueron estudiadas por especialistas de universidades públicas, como la UBA. Hay un estudio muy serio, bastante reciente, que indica que cerca de 30% de los chicos que son hijos de familias separadas sufren trastornos de ansiedad. Y los chicos de hijos de familias separadas tienen un rendimiento 25% inferior a hijos con familias consolidadas”, comentó en declaraciones formuladas en radio Mitre.
“Eso fue destacado en su momento, y muchos se reían y decían que no iba a pasar nada con todo esto; hoy lo vemos como una realidad”, arremetió una vez más contra el divorcio.
La repercusión que tuvo la toma de posición pública de un integrante del gobierno hizo que el ministro del Interior, Guillermo Francos, saliera a diferenciarse, al afirmar que no está en los planes derogar ninguna ley.
"Lo que hay que hacer fundamentalmente es respetar la libertad individual. Cada uno decide lo que quiere hacer con su vida", dijo el ministro del Interior.
Sin embargo, Sánchez volvió a la carga contra el divorcio y el aborto.
Ley de divorcio
La Ley de divorcio vincular 23.515, promulgada el 12 de junio de 1987 por el entonces presidente Raúl Alfonsín, modificó el Código Civil argentino permitiendo la disolución de la unión matrimonial.
Son cada vez más comunes las denominadas familias ensambladas por la unión de parejas que se separaron de relaciones anteriores con hijos y que los integran entre sí y con los que nacen de la nueva.
Desde 2021 que viene en disminución la consumación de matrimonios, en tanto que la curva de convivientes crece hasta prácticamente juntarse ambas en algo por encima del 25%.
En tanto, se mantiene constante en leve ascenso el porcentaje de separados/divorciados, sobre todo luego de la pandemia, lo mismo que el de los solteros.
Además de las decisiones vinculares que se adoptan y merecieron el repudio del secretario de Culto, se destaca la adhesión a favor que despierta la disolución de los compromisos matrimoniales por parte de la ciudadanía, a tal punto que 6 de cada 10 la justifican.
Si bien la proporción trepa en los países nórdicos, europeos en general, y neocelandeses, los japoneses, estadounidenses, rusos, chilenos, latinoamericanos, asiáticos, africanos, muestran posiciones más conservadoras que los argentinos, en ese sentido.