El arzobispo de San Juan de Cuyo, Jorge Lozano, y el padre José María Di Paola advirtieron este jueves sobre las dramáticas consecuencias que genera el consumo de estupefacientes en sectores postergados de la sociedad, al presentar un documento titulado, "Drogas y Adicciones: un obstáculo para el Desarrollo Humano Integral, la otra pandemia".

En la parroquia Cristo Obrero en el Barrio Mugica de la ciudad de Buenos Aires, Lozano sostuvo que "las drogas y las adicciones son una barrera muy importante para el desarrollo integral de personas y comunidades".

El religioso también dijo que "la es desigual, pero vale la pena" y es posible "estar cerca ayudando a otros hermanos y hermanas a que vivan con dignidad".

En el documento se afirma que el consumo de sustancias psicoactivas está en franco crecimiento sobre todo en países en vías de desarrollo y en toda América Latina.

Y que a nivel mundial, es un fenómeno complejo, dinámico y de múltiples causas que exige ser abordado de un modo integral.

Con el objetivo de conocer más sobre este flagelo, el Hogar de Cristo realizó un estudio entre más de 300 personas en 21 de sus centros barriales argentinos, con esta composición: 80%, de 18 a 39 años; 18%, de 40 a 49 años; 2%, de 50 años o más; 25% mujeres, 72% varones y 3% personas trans.

El 20% de las personas entrevistadas se encontraba en condiciones habitacionales precarias antes de consumir y una vez en consumo esta cifra subió al 47%.

Casi la mitad (40%) de los que empezaron a consumir terminaron viviendo en la calle o en un parador, resaltó también el documento presentado este jueves.

Antes de consumir el 50% ya había tenido problemas con la ley, pero luego esa cifra se eleva al 80%.

Más de la mitad llegó a perder la libertad y solo una tercera parte contó con apoyo al momento de salir de la cárcel.

El consumo duplica y hasta triplica la presencia de enfermedades como el HIV y la tuberculosis (TBC), además las lesiones crecen un 140% y los traumatismos o amputaciones un 160%.

Esto permite entender la complejidad de la vida cotidiana de quienes atraviesan el problema del consumo en contextos de exclusión y la necesidad una atención especialmente adaptada.

Ante esta realidad, las distintas comunidades que conforman la Familia Grande Hogar de Cristo a lo largo del país son interpeladas por el dolor de quienes atraviesan esta situación y buscan brindar una respuesta integral que abarque las distintas dimensiones de la vida de las personas que acompaña, se explicó.

Los Centros Barriales o los dispositivos específicos que se van multiplicando nacen como respuesta a una necesidad concreta y buscan poner siempre como eje a la persona y sus cualidades para que pueda ponerse de pie.

También se aseguró que el flagelo de estupefacientes profundiza la marginalidad y muestra un rostro más agudo de la exclusión.

"Abrazar la vida entera y acompañar en comunidad devuelve la esperanza", agregó el padre "Pepe" Di Paola.

También afirmó que "hay una necesidad muy grande de que toda la política, más allá de los partidos políticos a los que pertenezcan los funcionarios, ponga su mirada sobre este tema".

"Acá está en juego la vida de la gente. Y lo señalamos aquí, en la parroquia donde murió nuestro mártir el padre Carlos Mugica", añadió el sacerdote.