El joven Matías Rosales, quien murió tras ser apuñalado en la ciudad boliviana de Oruro donde le negaron atención por ser argentino, era músico y hacía trabajos de albañilería. 

Rosales, además, tenía un hijo y en la capital de Neuquén había dado talleres de guitarra y percusión en el centro que la Corriente Clasista y Combativa (CCC) tiene en el sector Los Pumas del barrio Confluencia.

En tanto, en la ciudad de Catriel lo escucharon tocando la guitarra y cantando temas propios, mientras que, hace unos cuatro años, empezó a hacer experiencia como mochilero, viajando a distintos puntos.

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Por esa situación estaba en Oruro con su pareja donde, según pudo reconstruir la familia que viajó a Bolivia para interiorizarse de lo ocurrido, Matías y su novia conocieron a un hombre oriundo de Colombia, a quien le comentaron que tenían dinero para viajar.

El joven neuquino y el hombre colombiano fueron a comprar comida, pero solo volvió Matías, con una herida por apuñalamiento y acusando a su acompañante de haberlo atacado.

Si bien una ambulancia lo trasladó hasta el hospital, según la familia, no lo atendieron y murió en el lugar. "Lo dejaron tirado en la camilla como a un perrito", describió un amigo.