Puerto Madryn es uno de los destinos de la Argentina que en los últimos años se encuentra en la agenda turística del año producto de la diversidad de la fauna y la flora que habita en ella, las cuales conviven en un ambiente único.

Desde comienzo de septiembre hasta marzo o abril está la posibilidad de que los turistas y los propios vecinos puedan verse asombrados con las maravillas de la naturaleza, ya que en ese periodo conviven las ballenas, lobos y elefantes marinos, pingüinos y hasta delfines.

En familia, pareja o con amigos, todos pueden disfrutar de un paisaje sin igual, pero también de una economía que acompaña al destino con las excursiones, la cultura y la gastronomía.

Además, Puerto Madryn es la ciudad ideal ya que se puede descubrir por completo en pocos días, pero que nutre a todo aquel que la visita. 

En este sentido, con cuatro o cinco días está la posibilidad de adentrarse al mar y ver a las ballenas desde Puerto Pirámides o también observarlas desde el mirador El Doradillo donde, junto con la compañía de un rico mate y algo para comer, se puede disfrutar de una jornada distinta y maravillosa.

Otro de los puntos obligatorios a visitar es Punta Tombo. Allí están los pingüinos, los animales más divertidos del mundo y que, sin molestar su hábitat, se podrán ver recorriendo las pasarelas habilitadas.

Un dato importante por saber y respetar es que no hay que acercarse a las aves a no menos de dos metros y, si alguno de ellos pasa cerca, solo hay que observarlos y disfrutar de su particular caminata.

Acerca de los lobos marinos, está la posibilidad de verlos desde cerca ya que se puede hacer snorkeling, un atractivo soñado y divertido, tanto para grandes como para chicos.

Dos paseos que no hay que dejar de hacer, que comenzaron hace poco a incorporarse a la actividad turística de Puerto Madryn, son los pueblos Dolavón y Gaiman.

El primero de ellos es un lugar perfecto donde la historia nunca desaparece, pero que de a poco comienza a integrarse a estos tiempos. Sobre Gaiman, es reconocida ya que allí la princesa de Gales, Lady Di, tomó el té y vio las ballenas en noviembre de 1995.

Esta imagen se obtuvo ya que se trata de un pueblo donde se encuentran todas las culturas, pero mantiene las costumbres y tradiciones de los colonos galeses que arribaron a la Argentina en 1865.

En el último tiempo, ante la llegada de más turistas, sobre todo después de la pandemia, el destino manifiesta una sorpresiva elección en todas las estaciones del año, aunque las mejores son primavera y verano. Esto se debe, no solo al avistaje de la fauna, si no también por sus increíbles playas y ese cálido espacio para que todo se integre como, por ejemplo, los paradores sobre la arena con vistas únicas al mar.