David Bennett, de 57 años, fue trasplantado con un corazón de cerdo modificado genéticamente porque era “la única opción disponible actualmente”, según informó la Universidad de Medicina de Maryland a través de un comunicado de prensa.

Pasaron tres días desde que el hombre recibió su corazón y, según detallan en el escrito, se encuentra evolucionando bien. “Era morir o hacer este trasplante. Quiero vivir. Sé que es un tiro al aire, pero es mi última opción”, expresó el paciente antes de la operación.

La Administración de Alimentos y Medicamentos de EE.UU. autorizó de urgencia la cirugía el 31 de diciembre. Tras revisar su historial médico, se consideró al paciente como no apto para un trasplante de corazón convencional ni para una bomba cardíaca artificial.

Para realizar esto, se eliminaron del cerdo donante tres genes responsables del rechazo de los órganos porcinos por parte del sistema inmunitario humano. Además, se extrajo un gen para evitar el crecimiento excesivo del tejido cardíaco porcino. Para la aceptación inmunitaria, se insertaron seis genes humanos.

David Bennet (57), tras la cirugía.

“Sencillamente, no hay suficientes corazones humanos de donantes disponibles para atender la larga lista de posibles receptores”, explicó el cirujano Dr. Bartley P. Griffith al respecto. Y agregó: “Estamos procediendo con cautela, pero también somos optimistas de que esta cirugía, la primera en el mundo, proporcionará una nueva e importante opción para los pacientes en el futuro”.

La United Network for Organ Sharing, el organismo que supervisa al sistema nacional de trasplantes, registró que el año pasado se realizaron más de 3.800 trasplantes de corazón en Estados Unidos y recalcó que es una cifra récord. Al día de la fecha, existe una enorme escasez de órganos humanos donados para trasplantes, lo que ha llevado a los científicos a intentar utilizar órganos de animales en su lugar.

“Si esto funciona, habrá un suministro inagotable de estos órganos para pacientes que sufren”, expresó el doctor Muhammad Mohiuddin, director científico del programa de xenotrasplantes de la universidad.

Actualmente, los médicos de Bennett deberán vigilarlo durante días o semanas para chequear si realmente funciona el trasplante. De momento, evoluciona bien, pero resta esperar para ver si le salva la vida. El paciente se encontrará bajo vigilancia por si llegan a detectar posibles problemas del sistema inmunitario u otras complicaciones.