Por la inseguridad, nueve de cada diez habitantes de la ciudad de Buenos Aires aseguran tener miedo de caminar por las calles, señaló un informe.

Se trata del IX Índice de Calidad de Vida del Observatorio Gente en Movimiento, que en su investigación más reciente, afirmó que "un 44% de los porteños tienen más miedo a salir a la calle con respecto al período previo a la pandemia, mientras que un 43% dice tener igual de miedo que antes".

"Esto da que un 87% de los habitantes de la Ciudad tienen miedo a salir a la calle por la inseguridad. Es decir, 9 de 10 porteños", expresó el informe.

"El Observatorio generó estos datos para suplir la falta de estadísticas públicas sobre inseguridad en la Ciudad del 2020. Una manera de aproximarse a la situación actual fue indagar en qué medida los vecinos de la Ciudad tienen más, igual o menos miedo de salir a la calle con respecto al período previo a la pandemia", explicó la coordinadora de este centro de estudios, la periodista y diputada nacional Gisela Marziotta. .

La investigación señala, además, que "por otra parte, pareciera existir un clivaje de género en el fenómeno de la inseguridad actual".

"Entre las mujeres este temor aumentó aún más, llegando al 52% de las ciudadanas, mientras que alcanza entre los hombres al 34%", explica el sondeo.

"La inseguridad ha ido escalando entre las prioridades de los porteños, de acuerdo con esta novena entrega del Informe sobre Calidad de Vida durante la Crisis del Covid-19 en CABA", resaltó Marziotta.

Desde septiembre la inseguridad es considerada la principal prioridad de los porteños y, pese a haber la misma cantidad de contagios que en el pico de agosto, ese tema empata con la salud, ambas como prioridad para el 23% de los ciudadanos de CABA.

En tanto, otro de los debates actuales pasa por el transporte, y de acuerdo con el relevamiento del Observatorio Gente en Movimiento, "1 de cada 3 porteños buscarán un medio de transporte más económico".

El documento enfatiza que "las falencias en el entramado de transporte público han llevado a un crecimiento del uso del automóvil particular, que tiene externalidades negativas para el resto de la ciudad (inseguridad vial, uso excesivo del espacio por persona trasladada, contaminación acústica y del aire)".

En este sentido, desde el Observatorio se plantea la necesidad de desincentivar el uso del automóvil no con aumentos, sino con una oferta de transporte pública acorde a las necesidades de la Ciudad.