Pobreza y cosas que ocurren en grandes parques porteños
Cosas que suceden en la Ciudad de Buenos Aires en plena pandemia. Más gente durmiendo en las calles, el aumento del dengue y el deterioro de un parque.
Por Alejandro Esteban Bidondo.
La denuncia de un hombre de la calle no suele ser mediática pero en ocasiones, los relatos de aquellos que viven "del otro lado" pueden resultar escalofriantes.
Algunos reporteros no tienen descanso ni durante la cuarentena. Como es el caso de un fotógrafo de la agencia NA.
Impactado, el colega lo contó a compañeros de la redacción. Reveló que encontró más gente que de costumbre "durmiendo por ahí", dato saliente de la pobreza.
"Mientras hacía fotos de la concesionarias de autos se me acercó un hombre en situación de calle y me empezó a contar que estuvo parando en el albergue del parque Sarmiento del Gobierno de la Ciudad pero se fue", dice el reportero.
Y cuenta que allí adentro vio "cosas feas de `los de la seguridad`"
"Se robaban el azúcar con que debíamos desayunar al día siguiente. También se afababan la ropa y las zapatillas que nos iban a dar. De madrugada jugaban al truco, escabiaban y tomaban `merca` a lo loco. Pero lo más indignante eran los robos. Volví a la calle porque acá la gente nos ayuda", concluyó.
Algunas personas en situación de calle prefieren seguir allí.
OTRO PARQUE.
Así, los grandes parques porteños vuelven a ser noticia en plena pandemia.
Ya lo había sido el Avellaneda porque un grupo de albergados jugó fútbol, estando prohibido.
A posteriori se supo de espectáculos circenses en el Chacabuco sin que se respetaran las distancias entre los espectadores, que son los albergados en situación de calle.
Ahora se sumó que los vecinos denunciaron la falta de mantenimiento del Circuito Aeróbico de Parque Avellaneda.
La obra, ganada en un concurso denominado BA Elige, se construyó con un gasto de 12 millones de pesos.
Fue inaugurada el año pasado por el jefe de Gobierno Horacio Rodríguez Larreta.
Los vecinos piden que la Subsecretaría de Deportes, a cargo de Luis Lobo, se haga cargo del mantenimiento cortando el pasto, para que vuelva a tener un metro sesenta centímetros de ancho, ya que en la actualidad está con 40 centímetros.
La senda que los vecinos ven notablemente estrecha con relación a su estado ideal inicial, de 1,60m de ancho. Ahora fue invadida por las hierbas y, aunque no está en uso, reclaman por su conservación. Porque está en su mente volver a la actividad al cabo de la cuarentena obligatoria.
Asimismo existe la alarma del Dengue en la zona.