El fiscal Oscar Ciruzzi solicitó la pena de 30 años de prisión para un hombre acusado de abusar sexualmente de su hija durante diez años en la Ciudad de Buenos Aires.

Se trata de Hugo Javier Gentili, acusado de abusar sexualmente de su hija en reiteradas ocasiones entre los años 2007 y 2017, y quien tras la denuncia de la víctima se fugó y fue detenido en junio de 2018 en Paraguay.

En las últimas horas, el fiscal hizo hincapié, en su alegato, en la gravedad de los hechos, en la manipulación y control que habría ejercido el imputado y en la relevancia que tuvo el testimonio de la víctima.

"Ella nos brindó la cronología de abusos y de las amenazas que padeció", puntualizó el fiscal, y explicó que los episodios comenzaron como abusos sexuales simples cuando la víctima tenía 10 años -agravados por haber sido cometidos por el padre de la víctima y por ser menor de 18 años- y que luego fueron intensificándose a medida que se acercaba a la adolescencia.

Según informó el Ministerio Público Fiscal de la Nación, esas agresiones se convirtieron en abusos sexuales con acceso carnal, gravemente ultrajantes y también agravados por el vínculo; y la violencia se potenció aún más cuando la joven cumplió 18 años.

Denuncia


Los ataques contra su integridad sexual terminaron cuando la chica le contó a su madre lo que sucedía y pudieron hacer la denuncia el 24 de julio de 2017.

Además, el fiscal Ciruzzi relató que las situaciones de abuso comenzaron en 2007 y marcó que la joven identificó ese momento en su infancia con la enfermedad que estaba atravesando su madre.

"Me besaba en la boca y me decía que en Italia se hacía así", dijo la víctima al recordar los abusos y manoseos de su padre.

La fiscalía marcó que cuando la joven enfrentaba a su padre, éste le decía que iba a enfermar más a su madre y la amenazaba con que si lo denunciaba e iba preso cuando saliera de la cárcel iba a matar a toda la familia.

Los abusos ocurrían primero en la casa que compartían en el barrio de Villa Lugano, también en la casa de la abuela paterna de la niña, y en albergues transitorios; y al comienzo se daban con una frecuencia mensual pero después ocurrían prácticamente todos los días.

Una vez que la joven se animó a denunciar a su padre, Gentili escapó y en agosto de 2017 ya se había decretado incluso su captura internacional ya que la sospecha era que se había fugado hacia otro país.

En noviembre de ese año, Gentili llamó a su hija y allí se escuchó al hombre pedirle perdón y también la amenazó y le recriminó: "Bancatela ahora, todos los días, noche y día, voy a ver dónde carajo están, uno a uno van a pagar".

"No hay dudas sobre lo sucedido y lo que ha relatado la joven también se ha sustentado por los informes psiquiátricos", resaltó el fiscal.

"Es una de las conductas más aberrantes que he visto a lo largo de la trayectoria judicial y no hay atenuantes posibles para su conducta más allá de su falta de antecedentes", concluyó al momento de solicitar los 30 años de prisión.